EL
GRAN MAGO DE LOS CUENTOS
Todos los años los habitantes de Odense
esperan con expectación la llegada del dos de Abril, un día memorable no solo
para ellos sino también para cualquier persona admiradora del arte de las
letras. Ese día se reúnen todos ante la estatua de Hans Christian Andersen que
se encuentra en el parque de Eventyrhaven para rendir tributo al escritor más
afamado de la ciudad y también a uno de los creadores literarios más
importantes del mundo. Digo esto a sabiendas de que muchos no estarán de
acuerdo conmigo ya que dirán que se trata solo de un escritor de literatura
infantil ¡como si eso fuera un género menor! Pero no hay nada de menor en la
literatura infantil, más bien todo lo contrario porque conseguir que los niños
de hoy en día se interesen por un libro es todo un milagro. Además, la obra de
Andersen, va mucho más allá del pensamiento de los pequeños ya que se adentra,
de forma clara y concisa, en todas las miserias, neuras, odios, amores y
problemas de los adultos.
Dicho esto seguiré contando que Andersen nació ese día, el dos de abril de
1805. Era hijo de un zapatero pobre y de una lavandera que a duras penas tenían
algo que llevarse a la boca pero que nunca vieron con malos ojos esos pajaritos
que siempre le rondaban al pequeño en la cabeza. De sus primeros años no se
cuentan grandes historias al margen de que era un niño con mucha fantasía y que tras
quedar huérfano de padre dejó la escuela para descubrir mundo. Estamos
en 1816 y Andersen tenía grandes planes para su futuro; quería ser cantante de ópera
primero, luego bailarín, después dibujante (y eso lo dominó a lo largo de toda
la vida) e hizo sus intentos en
Copenhague para labrarse un porvenir y consiguió además apoyos importantes,
mecenas de prestigio. Pero fracasó. Aún así tuvo una formación considerable ya
que el Rey Federico VI se interesó por él, sufragando sus estudios en la
escuela de Elsinor donde acabó su formación académica tras lo cual regresó a
Copenhague para iniciar lo que luego sería su gran carrera literaria.
Por aquel entonces Andersen ya era el hombre
que conocemos hoy en día, un personaje muy peculiar y poco corriente. Digamos
por ejemplo que vivió hasta los 70 años en una época en el que mortandad
infantil llegaba al 40% y que a pesar de su origen humilde alcanzó fama mundial
como escritor cuando la mayor parte de la población era analfabeta. Físicamente
era también un hombre fuera de lo común ya que medía 1,85cm, 25m por encima de
la media nacional, era delgado con cabeza alargada dominada por una gran nariz
y ojos algo hundidos. Muchos
le consideraban una persona fea y con pocos atractivos, pero esa era solo la
primera impresión ya que su personalidad era al parecer arrolladora. Y si no
que se lo pregunten a las mujeres que revoloteaban a su alrededor disfrutando
de su ingenio.
Más de
160 cuentas, entre ellos, El Patito Feo,
La Reina de las Nieves, La Sirenita, El soldadito de Plomo o La Cerillera
forman parte del legado literario de Andersen cuya vida está reflejada en el
Museo que lleva su nombre. Se encuentra en la casa natal del escritor ubicada en lo que antiguamente era el centro de la
ciudad de Odense. Fue inaugurado en 1908 con lo que se convirtió en uno de los
primeros "museos literarios" del mundo. Objetos, manuscritos, paneles
informativos y enseres personales nos acercan tanto a la época como a la vida
del escritor. Es una presentación de quien y como fue Hans Christian Andersen;
un genio y probablemente como tal un gran excéntrico. Decía que "viajar es
vivir" y tras sus primeros éxitos literarios, que fueron poemarios y obras
de teatro, se convirtió en un viajero empedernido.
El hijo del
zapatero llegó a conocer mundo, mucho mundo, viajando por toda Europa, llegando
incluso a España donde quedó fascinado por ciudades como Málaga, Granada,
Alicante y Toledo. Luego plasmó sus impresiones de una buena parte de estos
periplos en la prensa local de la época aunque rescató también muchas anécdotas
para sus historias. La mayor parte de su obra fue escrita en Copenhague y entre
líneas podemos reconocer muchos rincones del mundo pero Odense y los recuerdos
de su infancia están también en sus relatos
por lo que en el centro de su ciudad natal hay 13 piedras cuadradas de
granito que señalan que ese lugar guarda relación con la vida de Andersen.
Muy bonito. me ha gustado la forma de narrar . Haces tu propio "cuento"
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