domingo, 21 de junio de 2020

EL COVID DESDE MI TERRAZA - DIA NOVENTA Y NUEVE

 DIA NOVENTA Y NUEVE – DOMINGO 21 DE JUNIO 

SOLSTICIO DE  VERANO 

 

 

      Casi lo conseguimos, casi cumplimos los cien. Nos han faltado tan solo unas pocas horas. Ahora bien, “antes muerta que sencilla” así que si hace falta no me muevo de casa hasta la noche para así llegar al centenario.

      Va a ser que no. ¿Para qué? Lo hecho, hecho está y lo que ha pasado ya ocurrió. Pero seguro que volverá a ocurrir. Sencillamente porque el Covid-19 no tiene enemigos. No tenemos ningún fármaco que lo cure y tampoco una vacuna. De momento lo único que tenemos a nuestro favor es el clima ya que dicen que a los virus el calor no les va. Tenemos eso a favor en la mitad del hemisferio porque en la otra mitad entran en invierno, o sea, todo lo contrario. Entran de lleno en el frío y seguro que el virus se frota las manos.

      El caso es que hoy se celebra el día del sol, y sol sí que tenemos. Es el día del solsticio que abre las puertas a jornadas más cálidos y largas y a la esperanza de buenas cosechas. Decimos que es un día, pero se trata realmente de un concepto astronómico, cuyo término en latín “solstitium” significa el sol se detiene. Si eso fuera literal mataría al virus en un tris, claro que no quedaría nadie para contarlo.

      El caso es que el ser humano es consciente de este fenómeno desde hace más de 4.400 años y muchas culturas han, no solo celebrado, sino venerado esta jornada que es la más larga en el hemisferio norte y la más corta en el sur. Luego en diciembre, en el solsticio de invierno, ocurre lo mismo, pero a la inversa.

      En muchos países este día es motivo de festejos y esparcidos por todo el mundo hay infinidad de monumentos construidos en honor al sol. También forman parte del solsticio muchos mitos y leyendas, entre ellos los que consideran que en este día se abren las puertas de un mundo lleno de magia dejando que las hadas y los duendes, pero  también los seres malvados, entren en el mundo de los mortales.

      Me pregunto si el hecho de que el fin del Estado de Alarma coincida con el Solsticio es casualidad o un acto premeditado. A ver si nuestros políticos se van a creer que los duendes y las hadas van a llegar de su mundo al nuestro para llevarse el virus. O si piensan que llegan con una varita mágica que hará desaparecer el bicho maligno para siempre. ¡Eso sí que sería un puntazo! Así pueden decir que sus decisiones fueron las correctas.

      Muchos creen que la humanidad ha aprendido de la lección y que las cosas cambiarán en el futuro. Seremos mejores persona, más tolerantes los unos con los otros y también con la naturaleza. Buscaremos armonía en la vida, con los demás y con nuestro entorno. 

      Pero a lo largo de este año han ocurrido tantas cosas y nuestra capacidad para cambiar de “chip” es tan limitada que dudo mucho que el mundo cambie en algo. Además, el ser humano es el único animal que tropieza una y otra vez con la misma piedra. La verdad es que somos bastante brutos. 

      Lo de Homo lo entiendo pero lo de Sapiens no sé de dónde salió.

 

 

 

 

 

 

 

sábado, 20 de junio de 2020

EL COVID DESDE MI TERRAZA - DÍA NOVENTA Y OCHO

  DIA NOVENTA Y OCHO – SABADO 20 DE JUNIO 

¿A DÓNDE SE FUE EL AÑO?

 

 

      Veo que hay gente en la playa, pero no tengo la sensación de verano. Han pasado los meses sin pasar. Sin mover el tiempo. Hemos perdido las Fallas, Semana Santa, Moros y cristianos, la Feria de Abril, el Rocío, perderemos San Juan, San Fermín y todas las fiestas que forman parte del ser de este país. ¿A dónde se nos han ido los días? ¿Cómo hemos conseguido esconder la vida durante tantos meses? ¿Cómo hemos estado respirando si no hemos estado aquí?

      Tengo la sensación de que estos últimos noventa y ocho días se han desintegrado en la nada.  Contaban los chistes en las redes sociales que los años cumplidos durante el Estado de Alarma no valen porque no han tenido la atención que se merecen. Y creo que es cierto. De hecho, creo que los últimos tres meses no han existido por lo que ahora, en vez de junio estamos en marzo. Reorganicemos el calendario anual para que todo vuelva a coger forma y tener sentido. ¡Por favor!

     Esto llega a su fin con más pena que gloria. Mañana nos sueltan en manada, todo el mundo al libre albedrío sin haber pasado por las fases ya desfasadas, sin haber desescalado lo escalado correctamente. Estábamos en Estado de Alarma, confinados para luego desconfinarnos, en  una desescalada por fases que no se ha cumplido. En fin. Sigo sin entender nada.

     Claro que todos los países están pisando el acelerador para recuperar parte de la economía perdida. Pero no sé cómo piensan salir de esta. Y no lo digo solo por la economía. El confinamiento, el hecho de no poder salir a la calle a pasear o a hacer deporte, de haber estado encerrados por una amenaza invisible y desconocida, va a traer secuelas psicológicas importantes, aunque probablemente no se noten hasta dentro de un par de meses.

      Creo que primero tenemos que conseguir comprender lo que ha ocurrido. Y alguien nos lo va a tener que explicar. Luego habrá que procesarlo y finalmente digerirlo. Va a ser una digestión lenta y  mala porque tal y como se está viendo, esto no se ha ido. Tan siquiera es una tregua ya que los contagios están a la orden del día y hay nuevos fallecidos a diario. Y hablan de repuntes y de nuevas olas y nos machacan la sesera con la mascarilla, el lavado de manos y la distancia social.

      En fin, hoy es 20 de junio y se celebra el Yellow Day, el día más feliz del año. Es el día opuesto al Blue Monday, el día más triste del año que se celebra el tercer lunes del mes de enero. No se a quien se le ha ocurrido estas celebraciones, tan siquiera si tienen razón de ser. El futuro dirá si este veinte de junio de 2020 tiene algún sentido. 

      Personalmente creo que he llevado el Estado de Alarma con relativa soltura, estoy bien, pero sé que dentro de algunas semanas echaré la vista atrás y descubriré la catástrofe que se ha quedado en el camino de esos meses no vividos.

      Esto se acaba y no he llegado a los cien.

 

EL COVID DESDE MI TERRAZA - DIA NOVENTA Y SIETE

 DIA NOVENTA Y SIETE - VIERNES 19 DE JUNIO 

INGENIOSOS INVENTOS 

 

 

      Leo el titular: "Inventan una mascarilla reutilizable que mata el coronavirus con el cargador del móvil".

      Bien. Me pongo la mascarilla porque tengo que ir a comprar y luego a hacer unos recados y en los recintos cerrados ya se sabe, es de obligado uso. En cuanto llego a casa me la quito y me pongo manos a la obra para matar al bicho por si tuviera alguno. Agarro el cargador del móvil, lo miro y remiro, pero no sé qué hacer con él. Envuelvo el cargador con la mascarilla, pero nada, no parece funcionar. Aplasto la mascarilla con el cargador a ver si mato al bicho, pero como no lo veo no estoy muy segura de que eso funcione. Estrangulo la mascarilla con el cable del cargador a ver que pasa, pero nada. ¡Esto no funciona y eso me pasa por no seguir leyendo!

      Es un invento de Israel y consiste en una mascarilla de un material específico que se desinfecta si lo enchufas a un cargador con USB. El riesgo está en que uno puede pensar que, si lo usas al mismo tiempo que está enchufado pues mejor, que mejor. ¡Craso error!! Máximo riesgo de electrocución.

      Y ya que hablamos de inventos estos meses de alarma han servido sin duda para poner en marcha las neuronas del cerebro humano para crear artilugios de lo más extravagantes pero con el fin de ayudarnos en la futura nueva normalidad. Por ejemplo, la distancia social. Pues en vez de un sombrero te pones a la cabeza a modo de cruz dos churros de esos para bañarse. La distancia está asegurada porque te irás dando "churrazos" a más no poder si te acercas demasiado a tus amigos.

      Otra idea es la que ha presentado un restaurante con Estrellas Michelin de Washington. Como el aforo permitido es solo de un 50% el chef y dueño de este establecimiento, Patrick O'Connell, en un intento de ofrecer un lleno absoluto a los clientes de carne y hueso ha instalado en la mitad de las mesas maniquíes, todos vestidos con ropa de los años 40. La única pregunta que yo me hago es ¿porqué de los años 40?

     Y ya que estamos en Estados Unidos vamos al típico tópico americano, el Donuts, porque un bar de Maryland ha optado por usar donuts gigantes a modo de mesa para garantizar la distancia entre los clientes. Está claro que a fantasía no nos gana nadie y si hay que poner la sesera en marcha, se pone. ¡Que trabajen las neuronas para crear cualquier cosa que nos haga sonreír!

      Dicen hoy que ya queda poco. Yo me pregunto ¿poco para qué?

 

 

 

 

 

 

 

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

viernes, 19 de junio de 2020

EL COVID DESDE MI TERRAZA - DÍA NOVENTA Y SEIS

DIA NOVENTA Y SEIS - JUEVES 18 DE JUNIO 

EL DIA DE NINGUNA PARTE 

 

      Cuando leo los titulares me dan ganas de coger los periódicos y quemarlos a modo de ritual de brujería para contemplar como todo lo que está pasando se convierte en ceniza. Son las noticias de ayer y serán también las de mañana, con alguna pequeña variación de número o nombre. Da lo mismo. Me gustaría quemarlo todo, pero no puedo. Porque mis periódicos no son de papel, son digitales y no puedo quemar el ordenador. A estas alturas dependo de él para deshacerme de la rabia que me invade cada vez que algún Iluminado toma una decisión.

      También dependo de mi móvil porque en él está toda mi vida. La información de mis amigos, la comunicación con mis hijos, los datos del correo, en fin, todo lo que después de esta catástrofe se ha hecho más imprescindible que nunca. Antes llamabas para unas risas ahora para asegurarte de que todos están bien, aunque una respuesta positiva lleva luego a una buena conversación.

      Pues como las cosas están así voy a lo mío.

      Se llaman Inuksuit y son formaciones de piedras construidas por el hombre, especialmente por los inuits y demás pueblos que viven en las regiones del ártico . Esta zona que está por encima del círculo polar ártico está dominada por la tundra y tiene pocas señales naturales. Las podemos ver en Alaska y en Groenlandia, pero también en Canadá, en especial en el Inuksuk Point, en la isla de Baffin donde hay más de 100 formaciones de este tipo. Este lugar ha sido designado en 1969 como sitio histórico nacional de Canadá.

¿Y para qué sirven? se pregunta uno.  La cosa no está muy clara, pero se cree que sirven como punto de referencia en las rutas de viaje o como marcador de lugares de pesca, zonas de caza o lugares de culto e incluso para marcar un escondite de alimentos. Aunque si lo marcas cualquiera lo puede encontrar con lo que ya no es un escondite, digo yo. El Inuksuk más común es una sola piedra colocada de forma vertical pero luego estos montículos se han ido desarrollando tomando formas muy variadas.

     La verdad es que en las últimas semanas he visto en estas playas de por aquí un buen numero de Inuksuk, hechos por los paseantes que me imagino han querido construir un recuerdo de sus plegarias.

     Coger piedras en las playas para realizar pequeñas construcciones se ha vuelto muy popular y parece ser un acto aparentemente inocente. Sin embargo, los ecologistas advierten que este continúo movimiento de piedras está arruinando el ecosistema costero de Baleares y Canarias.

     ¿Qué por qué escribo esto? Porque aquí ocurren muchas cosas y cada loco con su tema. Justo después de comer llega a la playa un ciclista con la indumentaria tradicional, casco incluido. Deja la bicicleta a un lado y se pone a buscar piedras, pero no cualquier tipo de piedra, sino cantos rodados blancos y todos del mismo tamaña y los coloca en un círculo. Acto seguido, entra en el círculo, se sienta a modo de rezo para luego salir de su recinto sagrado, volver a colocar las piedras en la playa e ir al chiringuito a por una caña. ¡Si es que hay de todo en la viña del señor!

     El caso es que cuando me asomo a la terraza y veo a la gente en el chiringuito, a los niños correteando libres por la playa, a los del "footing", las bicicletas y demás paseantes me acuerdo de los primeros días del confinamiento. Esto era un desierto. Ahora es todo casi normal. Y digo casi porque todavía le falta algo de vida y me temo que vamos a tardar algún tiempo en recuperar la alegría de antes.

     Pero no debemos olvidar que el virus sigue aquí y es un bicho traicionero. Siempre me he preguntado por qué afecta gravemente a unos y casi nada a otros. Ahora, un estudio publicado en The New England Journal of Medicine intenta explicar, al menos en parte, este hecho. El estudio realizado por varios expertos señala que la virulencia del coronavirus en el ser humano puede depender de varios factores, por un lado, el genético y por otro el grupo sanguíneo. Al parecer personas con el grupo A tiene bastante más riesgo que las del 0 ya que este último tiene como una especie de efecto protector ante el virus. 

     En fin. Así está el covid desde mi terraza y en tres días dicen que van a ocurrir cosas importantes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

jueves, 18 de junio de 2020

EL COVID DESDE MI TERRAZA - DÍA NOVENTA Y CINCO


DIA NOVENTA Y CINCO - MIERCOLES 17 DE JUNIO 

UNA GRAN BOLA DE CRISTAL

 

 

      Estamos en la recta final hacia ninguna parte, llegando a la meta a ningún lugar.

      2000, 2003, 2006 y 2012 son algunos de los años en los que se predijo que nuestro planeta dejaría de existir. Pero aquí seguimos. No sé si para bien o para mal, aunque si echo un vistazo a las noticias creo que es más bien para mal.

      Hemos cerrado el quiosco durante tres meses con monográficos de coronavirus y ahora vuelven los telediarios y la prensa ampliando el abanico de lo que ocurre en el mundo, pero contando exactamente lo mismo que contaban hace tres meses, eso es, antes del confinamiento.

      ¡Es que no se ha solucionado nada en la tierra durante este tiempo! Va a ser que no. Tenemos los mismos políticos, los mismos conflictos, el mismo deporte (aunque sin público) y en definitiva los mismos problemas de siempre. No hemos avanzado nada. El bicho viral no nos ha cambiado por mucho que hablen de la nueva normalidad o la época pos-Covid-19.

      Pero iba a hablar del fin del mundo y de las predicciones de los mayas sobre el tema. El caso es que esa cultura, que sobrevivió más de dos mil años, era de lo más avispada, con un desarrollo importante tanto en la cultura como en la política, astrología, matemáticas y demás materias. Vamos, que de tontos ni un pelo, aunque se empeñaban en vaticinar el fin del mundo que fecharon en el 21 de diciembre de 2012.

      Estoy segura de que ellos sabían de que en esa fecha no estarían sobre la faz de la tierra así que ¿Por qué no predecir algo que no vas a vivir? Y como hay tantas teorías y fechas sobre la desaparición de esta tierra, una más no importa. Pero erraron, aunque hay un científico estadounidense que ha estudiado la fecha en cuestión y asegura que el fin del mundo llegará este mismo año. Vamos que dentro de un par de días. Se conoce que no tenía otra cosa que hacer durante el confinamiento que dedicó el tiempo a analizar la teoría maya y dice que los cálculos anteriores, los que hablaban del 2012 eran erróneos por lo que lo traslada al 2020.

     Claro que tal y como está la situación entre pandemia, mosquitos tigre, abejas asesinas y demás bichos, uno podría preocuparse. Pero la NASA asegura que no hay ninguna evidencia científica al respecto y que el mundo ha desaparecido en las teorías de tantos pensadores, que una más es justo lo que es, solo una más. Aunque hay personas que se lo toman muy en serio. ¿Recuerdan que el año pasado se destapó el caso de una familia holandesa que había vivido 9 años encerrada en su sótano porque pensaba que era la única superviviente de una gran catástrofe? Pues eso.

     Pero hay más predicciones como por ejemplo la de un joven de 14 años que se llama Abhigya Anand, de la India y de profesión astrólogo. En junio del año pasado colgó en YouTube un vídeo hablando de un gran peligro que se extendería por el mundo entre noviembre de 2019 y abril 2020. Ahora sabemos que ese peligro se llama Coronavirus. El caso es que Anand asegura ahora que el Covid-19 estará completamente erradicado el 5 de septiembre, para acto seguido anunciar que en diciembre tendremos con nosotros otro virus letal. Tomen nota de la fecha por si acaso.   Este niño prodigio que comenzó sus estudios de astrología a los 10 años, llama así la atención a los seres humanos pidiendo que prestemos más atención a nuestro planeta ya que es el hombre el que está llevando al mundo a su fin.

     El caso es que hay otro augurio muy interesante y que está publicado en un libro. Con esto del coronavirus los vaticinios han crecido como la hierba mala y los más listos han aprovechado las redes sociales para lanzar sus mensajes, captar lectores o "likes" como dicen ahora, para luego ganar dinero a través de la publicidad. Pero este libro fue publicado por una señora de nombre Sylvia Brown, que es como nuestra Aramis Fuster pero a la americana. Contaba la buena mujer, fallecida en 2013, que comenzó a recibir premoniciones a los 5 años por lo que trabajó toda su vida como vidente y médium participando en programas de radio y televisión. Pero en el 2008 escribió un libro que seguro no gustó a nadie porque inmediatamente fue enterrado en el cementerio de los libros de donde ahora ha sido rescatado convirtiéndose en un auténtico best-seller.

      La verdad es que lo que dice da hasta miedo: "Alrededor de 2020, una enfermedad grave similar a la neumonía se extenderá por todo el mundo, atacando los pulmones y los bronquios y resistiendo todos los tratamientos conocidos" … “Casi más desconcertante que la enfermedad en sí será el hecho de que de repente desaparecerá tan rápido como llegó, atacará de nuevo diez años después y luego desaparecerá por completo”.

      ¡A mí, desde luego, se me han puesto los pelos de punta!

 

 

 

 

 

    

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 




miércoles, 17 de junio de 2020

EL COVID DESDE MI TERRAZA - DÍA NOVENTA Y CUATRO

DIA NOVENTA Y CUATRO – MARTES 16 DE JUNIO 

SI PEDRO ZARAGOZA LEVANTARA LA CABEZA

  

      Queda menos para el estreno de la libertad. Los gallegos ya no viven bajo el paraguas del Estado de Alarma, aunque por lo que he visto en las noticias se nota bien poco. La gente anda con precaución y hacen bien porque los expertos aseguran que la aparición de un segundo gran rebrote del Covid-19 depende mucho de nosotros y de si nos tomamos o no en serio las recomendaciones de las autoridades sanitarias.

      Que un virus tan traicionero como este ande suelto y circule con plena libertad por la tierra no es una buena noticia y como de momento no hay vacuna la única forma de meterle freno es el distanciamiento social, mascarilla, lavado de manos etc. Por cierto ¡ojo con lo geles hidro- alcohólicos! El envase indica claramente que son productos inflamables así que es mala idea guardarlos en el coche en estos momentos en los que el calor aprieta y tampoco acercarlo al fuego con lo que no conviene encender una cerilla después de haberse lavado las manos con el gel.

     Dicho esto, vamos al distanciamiento social en las playas de Benidorm que como he contado están perfectamente parceladas en cuadrados de 4X4 destinados a cuatro personas.  De momento es cuestión de bajar a la playa y acceder a ella por una de las zonas habilitadas que están controladas por unos jóvenes muy amables y con refuerzo policial.  Sin embargo, parece ser que en los próximos días habrá que reservar parcela a través de una aplicación en el móvil. Las playas están divididas en dos colores, azul, para el público en general y verde, para mayores de 70 años. Además, hay una zona con hamacas de alquiler. De esta forma se busca limitar el aforo en los arenales con un máximo de 27.000 personas, lo que supone la mitad de lo que suele ser normal en verano. El horario de acceso es de 9 a 21.00 y de momento se descarta hacer dos turnos. Ya veremos a ver en julio y en agosto cuando lleguen los veraneantes.

     Contado así, la parcelación de las playas puede parecer una locura, pero una vez visto con el público bien organizado, más de uno estaba diciendo que a ver si lo dejan así para siempre. De esta forma cada uno tiene su espacio y evitas los roces con aquellos pesados que se empeñan en sentarse justo a tu lado o incluso debajo de tu sombrilla.

      Es divertido escuchar lo que dice la gente porque mientras que algunos están a favor de la organización, otros protestan sonoramente porque les parece un ataque a su libertad. Ya lo dice el refrán, para gusto los colores. Me gustaría conocer la opinión de Pedro Zaragoza, alcalde de Benidorm entre 1950 y 1967, el hombre que inventó Benidorm y que propagó a los cuatro vientos el turismo de sol y playa. Pero falleció en el 2008 y ahora solo puedo especular sobre su opinión. ¿Se tiraría o no de los pelos? ¿o tal vez se enfadaría por no haber sido él, el autor del invento?

      Yo, ni fu ni fa. No me gustan las playas de arena y menos aun las que están llenas de gente, sea con parcela o sin ella. Lo que sí que me gustará es ver el espectáculo cuando todas las parcelas se llenen y más de uno montará en la suya su chiringuito con la mesa, la nevera, el toldo, la tumbona, los flotadores etc. Interesante.

     El caso es que este será un verano muy distinto del que estamos acostumbrados.  De momento llegó el primer avión con turistas alemanes a Baleares y supongo que poco a poco esta llegada se ampliará a otras comunidades, pero me temo que en proporciones mínimas si las comparamos con otros años. Porque en los demás países también hay un respeto por el virus y nadie quiere irse de vacaciones para regresar enfermo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     


martes, 16 de junio de 2020

EL COVID DESDE MI TERRAZA - DIA NOVENTA Y TRES


DIA NOVENTA Y TRES – LUNES 15 DE JUNIO 

FACTURA DE INFARTO 

 

      "Se cura del coronavirus y recibe la factura del hospital: un millón de euros por los cuidados recibidos".  Cuando leo un titular así tengo que profundizar en la materia para admitir que somos no solo afortunados, sino además privilegiados porque contamos con un sistema de salud gratuito y universal. Lo de gratuito no es exactamente cierto ya que lo pagamos con nuestros impuestos, pero desde luego es un pago que merece la pena. Durante todos estos meses que está durando la pandemia hemos contado con el trabajo incondicional de todos los sanitarios de nuestro país que han dado mucho más de lo que se exige de ellos. Yo, desde luego, me inclino ante su trabajo y su solidaridad con los enfermos. Gracias.

     Ahora vamos al millón de euros. Es evidente que la noticia no es de España, ni de ningún país europeo, sino de Estados Unidos. Obama intentó en su momento implantar un sistema de salud a la europea, pero sin éxito. Ahora, el enfermo de coronavirus que se cura, pero que no tiene un seguro sanitario a través de su trabajo, se queda endeudado de por vida con una factura kilométrica.     


      La noticia llega de Seattle donde un hombre de 70 años recibió una factura de 181 páginas cuando abandonó el hospital en el que había permanecido ingresado durante dos meses debido al Covid-19. No se ha muerto del virus ¿pero del susto? El hombre se llama Michael Flor y según la prensa de la ciudad americana no debería pagar nada ya que se beneficia de Medicare, la cobertura de salud de las personas mayores.  No quiero ni pensar como lo estarán pasando los norteamericanos sin seguro sanitario en estos momentos.

     El primer caso de coronavirus en Estados Unidos apareció precisamente en Seattle que se convirtió enseguida en el epicentro de la pandemia del país. Se trata de la ciudad más grande del Estado de Washington, situada en la esquina noroeste de USA, lindando con Canadá, y una de las más turísticas de la zona.  Su historia moderna se remonta a mediados del siglo XIX y es famosa por muchas cosas, entre ellas porque es la ciudad natal de Jimi Hendrix, tiene uno de los pocos Museos del Pop del mundo, una ciudad fantasma construida bajo los cimientos de los edificios modernos y por supuesto tiene también el famoso Space Needle.

     Y estamos ya en la última semana del Estado de Alarma con gran parte del país en la Fase 3 antes de alcanzar la "nueva normalidad". Pero los gallegos nos han tomado la delantera a todos y son desde hoy los primeros normales en España.

      Las demás comunidades tenemos que conformarnos con la casi normalidad y tendremos que esperar a recuperar nuestra identidad otros siete días. Será también entonces cuando abramos las puertas del país a los demás ciudadanos comunitarios que podrán venir para hacer turismo o para ocupar sus segundas residencias. Veremos a ver también que ocurre con las playas en Benidorm.

      Toda una semana llena de Suspense.

    

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



domingo, 14 de junio de 2020

EL COVID DESDE MI VENTANA - DÍA NOVENTA Y DOS

DIA NOVENTA Y DOS – DOMINGO 14 DE JUNIO 

CAMINANDO HACIA LOS CIEN

 

 

      Voy camino de los cien. ¡Que nervios! Y como dicen más vale tener que desear, pues eso, a ver si llegamos a los cien. ¡Que no hablo de años! Solo de días. Aunque España, si analizamos los gráficos a nivel mundial se encuentra en tercer lugar en cuanto a la longevidad se refiere. Porque aquí tenemos afortunadamente muchos abuelos, personas mayores que son los que han construido este país. Espero que los Iluminados sean consciente de ello aunque más que construir parece que des construyen con su des escalada y des confinamiento. ¡Por Dios! ¿De dónde habrán salido?

     Bueno, a lo que iba, a hablar de las residencias de ancianos. ¿Es este el momento del rifirrafe? ¿No sería mejor volver primero a la cacareada nueva normalidad? Luego nos sentamos todos alrededor de una mesa, redonda porque eso une, y analizamos lo que se hizo mal, porqué se hizo mal y como se puede hacer bien. Las cartas sobre la mesa, jugamos una partida bien jugada y devolvemos la baraja a su caja con las cartas bien ordenadas. O lo que es lo mismo, organizamos de una vez por todas el asunto de las residencias.

     Se que en España no hay mucha tradición porque los abuelos se quedaban casi siempre con sus hijas cuidando a los nietos. Pero los tiempos cambian y los abuelos, que ya no son tan abuelos porque les va la marcha, necesitan otra infraestructura vital. Los hay dependientes, que precisan del cuidado de otra persona, los hay semi-dependientes y los hay no dependientes pero que tal vez por comodidad quieren vivir dentro de una comunidad de mayores, con posibilidad de tener apoyo por si fuera necesario, pero  con toda independencia.

      Esta distinción entre los mayores no se hace hoy en día en cuanto a las residencias se refiere. Creo que va siendo hora de que los Iluminados, que si tienen suerte también llegarán a viejos, tengan a bien analizar en profundidad esta cuestión. Y cuando digo Iluminados no me refiero solo a los del gobierno, sino también la oposición y sobre todo a los responsables de las comunidades autónomas, ya que las residencias y el cuidado de nuestros mayores dependen de ellos. Puf, me he quedado muy a gusto.

     Dicho esto, me voy a las vacunas. Ya hay países que se han asegurado una cantidad de dosis de la vacuna contra el Covid-19 que se está desarrollando en Oxford. España no está entre ellos. Pero me he acordado de pronto de la Expedición Balmis, más conocida como la Expedición Filantrópica de la Vacuna. Filantrópico, relativo a la filantropía que es el amor al género humano. ¡Es una maravilla! ¡Igual que las farmacéuticas de ahora.

      Pero vayamos al grano. La Expedición Balmis se llama así porque la lideró el médico Francisco Javier Balmis, que quería llevar la vacuna de la viruela a todos los países del entonces llamado Imperio Español. Hay que tener en cuenta que la colonización, por parte de todos los países, no solo España, llevó consigo gran cantidad de bichitos, o sea virus, que no existían en esas tierras. Eran cosas de la civilización y los colonizados morían como chinches por culpa de los virus. Carlos IV, rey de la época, apoyó la idea de Balmis y pagó todos los gastos de esta aventura que ahora está considerada como la primera expedición sanitaria internacional de la historia.

     ¿Y qué tenía de especial este viaje? Podemos pensar que con llevar la vacuna en unos frascos y un montón de jeringuillas se ha resuelto el asunto. Efectivamente eso hubiera sido lo más adecuado, pero  no estaba inventado. Lo que sí se sabía, gracias al médico inglés Edward Jenner, es que mediante la técnica de la variolización se podía inmunizar a una persona. Jenner lo comprobó con su propio hijo y con éxito. En este asunto entra una vaca, unas pústulas y mucha ciencia. La vacuna se estaba gestando.

      El caso es que en 1803 zarpó desde La Coruña el navío María Pita con 37 personas a bordo, 22 de ellos niños huérfanos a los que se les procuró por escrito un cuidado muy específico. Balmis calculó cuantos niños eran necesarios para ir transmitiendo esa inmunidad vírica de niño a niño a lo largo del viaje para tener una pústula perfecta a la llegada del destino. Para conseguir la inmunidad contra la viruela había que llevar el virus vivo mediante la variolización.

      Puede sonar cruel pero ninguno de los niños murió. Es más tuvieron una educación a lo largo del viaje y luego muchos se quedaron en las tierras nuevas mientras que otros, ya adolescentes, siguieron el camino con Balmis. Fue tan grande e importante esta expedición que el propio Jenner dijo de la misma "no puedo imaginar que en los anales de la historia se proporcione un ejemplo de filantropía más noble y más amplio que este".

      Pues eso. Antes se hacían cosas así. ¿Ahora?

      Se que no viene a cuento pero me acabo de acordar. 

 

sábado, 13 de junio de 2020

EL COVID DESDE MI TERRAZA - DÍA NOVENTA Y UNO

DIA NOVENTA Y UNO – SABADO 13 DE JUNIO 

UN MUNDO REINVENTADO 

 

 

      Creo que si hay algo que nos ha demostrado el coronavirus, el confinamiento, la desescalada, la nueva normalidad y todo lo que hemos vivido en los últimos tres meses es que la fantasía del ser humano no tiene límites.  Al margen de todos los chistes que han circulado por las redes, algunos de ellos realmente divertidos, que durante las primeras semanas nos han mantenido con una sonrisa en la boca para aligerar la dureza del encierro, hemos podido comprobar como nuestros Iluminados organizando la situación no se han cortado un pelo a la hora de "cortar el bacalao", valga la redundancia. Porque en vez de seccionar al pobre pescado como lo hubiera hecho un chef Estrella Michelín parecía que lo mandaban directamente a la guillotina seguido de una trituradora.  Creo que deberíamos regalar a nuestros Iluminados un cursillo en una pescadería para atinar en el corte.

      En fin, lo de las Fases y sus normas darán que hablar durante mucho tiempo y debatiremos también sobre los tiempos venideros con la nueva normalidad. Yo estoy atenta a las parcelas en la playa de Benidorm ¡a ver si pillo una! El lunes me acerco a ver cómo va la cosa.

      Pero hay más porque resulta que ahora tenemos también el nuevo fútbol. Uno de los aspectos más llamativos está siendo la ausencia de público. Dicen que es el griterío de las gradas lo que motiva a los futbolistas y si éstas permanecen en silencio pues el partido resulta algo descafeinado. Pero de silencio nada y lo que sorprende es que para los pocos que se encuentran en el campo es que se escucha a la perfección lo que dicen o maldicen los jugadores o las instrucciones de los entrenadores, palabras que resuenan con un gran eco en un estadio vacío. 

      Así a voz de pronto se me ocurren algunas ideas para suplir la carencia de público en los estadios. Tenemos por ejemplo el cine con sus efectos especiales. ¿Por qué no llamar a los especialistas en la materia que tenemos en España? Hay muchos y con gran talento. Seguro que llenan las gradas de vida futbolística haciendo uso de nuestro mundo virtual. ¿Por qué no proyectan hologramas de aficionados en los asientos? Seguro que los seguidores de los diferentes clubes prestan su imagen de forma voluntaria para el evento. Y en cuanto al griterío basta con coger cualquier grabación de hemeroteca, emitirla por los altavoces a toda potencia y sobreponer la narración del periodista de turno gritando: "¡toca el esférico a tres dedos con la intención de alcanzar el arco, donde el arquero recibe el cuero para bombearlo de nuevo al centro del campo!" 

        ¡Pero esto que es! ¿Guillermo Tell en plena acción?

      Porque durante el coronavirus los cineastas han hecho cine virtual, cada uno en su casa, los músicos grabaciones con la ayuda de zoom, los actores teatro online y así sucesivamente se han cubierto las diferentes disciplinas artísticas y culturales. El mundo se ha reinventado sencillamente y nos hemos demostrado que nuestra presencia física no es tan imprescindible como pensamos. De hecho creo que el mundo virtual, también el uso de la red de redes además de las redes sociales han avanzado en tres meses lo que hubieran adelantado en cinco años de haber vivido una primavera normal. He escuchado esa cifra en algún lado.

       Pero claro, para lo original, los noruegos. El titular dice que "El atletismo se vuelve raro". En Oslo se están desarrollando los "Impossible Games" de atletismo, unos juegos en los que sorprende las distancias de seguridad que mantienen los atletas. Sin embargo, lo que más llama la atención es la ausencia de público. Pero, ¡la fantasía al poder! Los noruegos llenan la ausencia de espectadores con monigotes que son agitados con entusiasmo por unas pocas personas. 

      Vivir para ver.

 

 





viernes, 12 de junio de 2020

EL COVID DESDE MI TERRAZA - DÍA NOVENTA

DIA NOVENTA – VIERNES 12 DE JUNIO 

FLOYD Y PALME 

 

      Creo que a estas alturas de la fase 2, aunque la mitad del país está en fase 3, queda claro que el virus sigue entre nosotros. Aun así, han cambiado un poco las cosas y nuestras vidas no giran solo entorno al virus porque hay otras noticias. Eso es al menos lo que nos dice el telediario que desde hace ya algunos días nos informa de cosas al margen de la pandemia.

      Desde la muerte de George Floyd, el pasado 25 de mayo, la situación en Estados Unidos es muy delicada. Las protestas contra el racismo se multiplican no solo en el gigante americano sino también en muchos países del mundo donde los manifestantes además se saltan a la torera la distancia social así como la prohibición de manifestarse. Eso es un asunto. Pero el otro asunto es ¿Qué sabemos de George Floyd? Todos sabemos que murió a manos de un policía, Derek Chauvin, que le practicaba la maniobra de estrangulamiento, que, por cierto, también es utilizada por los agentes de seguridad en varios países europeos. ¿Pero sabemos los hechos? ¿Sabemos quién era? ¿A qué se dedicaba? Diría que la mayoría no lo sabemos porque nadie nos lo ha contado.

      George Floyd fue arrestado por un policía en Minneapolis por haber pagado una factura con un billete supuestamente falso. Como consecuencia de los métodos empleados en ese arresto George Floyd murió en un acto considerado racista y que ha despertado olas de protestas en el mundo entero. El policía en cuestión está ahora acusado de homicidio, entre otros delitos ya que tiene a sus espaldas un total de 17 denuncias en sus 19 años de trabajo como policía. Una profesión que compaginaba como encargado de seguridad en la discoteca Nuevo Rodeo, donde casualmente también trabajó George Floyd, aunque no se sabe si llegaron a conocerse.

      A Floyd le llamaban el gigante, Big Floyd, porque medía casi dos metros, tenía 47 años y en su juventud había jugado al baloncesto y al fútbol. A lo largo de su vida trabajó en varios oficios, entre ellos camionero, vigilante de seguridad y estaba vinculado al mundo de la música en una banda de hip hop. Tenía también antecedentes, estuvo en la cárcel cinco años por robo a mano armada en 2007 pero tras cumplir condena se involucró en una iglesia local trabajando de buen samaritano. Sus amigos dicen que era buena persona.

      Es la historia de Floyd, una como tantas otras, que ha abierto los ojos de media humanidad sobre la actuación de la policía en muchos países y en especial con personas de otras razas o culturas.

      Y también en medio de la pandemia se esclarece el asesinato de Olof Palme, el primer ministro sueco, hace ya 34 años. En una comparecencia anunciada hacía semanas Krister Petersen, el fiscal que ha encabezado la investigación anunció, que según las pesquisas llevadas a cabo desde la muerte del primer ministro, se ha llegado a la conclusión de que el responsable, el único responsable del asesinato, fue el publicista sueco Stig Engström, conocido como El Hombre de Skandia, llamado así por la empresa en la que trabajaba. Un asesino fallecido hace 20 años por lo que la sociedad sueca se ha quedado con las ganas de poder verificar esta historia. O sea, que se ha quedado como estaba.

      Palme, líder de la socialdemocracia sueca, regresaba del cine a su casa junto a su esposa dando un paseo por el centro de Estocolmo. No llevaba escolta, ningún político sueco lo tenía e iba normalmente a su puesto de trabajo en bicicleta o transporte público, al igual que los demás diputados del país. Era una noche fría, un 28 de febrero, el invierno en pleno apogeo, cuando alguien se le acerca por detrás y le metió un tiro por la espalda. Falleció a las pocas horas en el hospital. El asesinato conmocionó a toda la sociedad sueca donde la violencia de este tipo formaba parte solo de la historia de los vikingos y de los reyes de antaño. Nunca jamás en la era moderna un político había sido víctima de un ataque mortal.

      Son dos historias a tener en cuenta en medio de una pandemia que durante tres meses solo nos ha traído información sobre un virus que nadie conoce y nadie quiere conocer. Hemos escuchado y leído hasta la saciedad las recomendaciones de como tenemos que actuar y las noticias nos han bombardeado con cifras que nos han llenado la cabeza de más incertidumbre que seguridad. Por lo menos la mía ha estado a punto de estallar en más de una ocasión.

      Por eso cuento estas cosas, porque cuando la vida recobre su normalidad regresarán también otras tragedias a los informativos. Quiero decir que volveremos a escuchar que en el mundo ocurren cosas ajenas al coronavirus.

       A ver mañana con que sobresalto amanecemos.