miércoles, 26 de febrero de 2014

REFLEXION - GRIMETON EN CLAVE DE GUERRA

GRIMETON
   Seguro que a muchos no os suena de nada pero esta estación de radio, o centro de radiotelegrafía y comunicación inalámbrica, es desde 2004 Patrimonio de la Humanidad  de la UNESCO.
  Un pequeño complejo construido entre 1922 y 1924, con la "alta tecnología" de aquellos años  que todavía se conserva intacto y, ojo al dato, en funcionamiento. De hecho es la única en el mundo de comienzos del siglo pasado que sigue funcionando aunque por supuesto no se utiliza a diario, tan solo un par de veces al año para retransmitir mensajes puntuales y asegurar así el perfecto estado de las instalaciones casi centenarias. Sin duda todo un hito en la actualidad  cuando todo se mueve a golpe de ratón en el laberinto del ciberespacio y un chip es fácilmente sustituible por uno de reciente fabricación. ¿Pero dónde se compran las piezas de repuesto de Grimeton?
   La verdad es que según andaba yo por las instalaciones del centro había muchos aparatos que me sonaban.
No en vano soy de la radio, pero de la antes, cuando todavía había que enchufar y desenchufar cables y cuando para conectar una emisora con otra había que hacer malabares para dar con el contacto correcto. El cableado era siempre kilométrico, los transmisores enormes y parecían más una centralita de la segunda guerra mundial que un aparato destinado a emitir nuestras ondas hertzianas. Me imagino que entre los aficionados de la radio y los profesionales hay siempre un sentimiento de nostalgia que acompaña esta visita.
   Seguro que muchos de vosotros os seguiréis preguntando ¿pero esto qué es lo que es?
 Pues si es Patrimonio de la Humanidad es porque  tuvo en su momento una importancia histórica sin precedentes.  Se encuentra en el municipio de Varberg, Suecia, en medio de la nada y conserva el material de transmisión que comprende un conjunto de antenas formadas por seis torretas de acero de 127 metros de altura. Todos en hilera, apuntando directamente al otro lado del Atlántico. ¿Porque justamente en este lugar perdido de la mano de Dios? En primer lugar por pura discreción y en segundo, porque este es el lugar preciso que apunta, de forma llana, sin obstáculos por medio, directamente a la costa americana.
   Este año se cumple el centenario del inicio de la primera guerra mundial y el 70 aniversario del desembarco de Normandía y es aquí donde Grimeton adquiere su protagonismo.
La primera guerra mundial supuso una interrupción de las comunicaciones por cable entre Europa y el resto del mundo.  Para evitar que esto se repitiera el gobierno sueco decidió la construcción de esta estación de radio que emitiría sus mensajes en onda larga. Así  durante la segunda guerra mundial Grimeton se convirtió en la puerta abierta entre los países aliados europeos y los demás continentes, sobre todo América. La estación sueca estaba integrada en una red de emisoras de onda larga construidas por el ingeniero sueco-americano Ernst Alexanderson y es hoy en día la única que ha sobrevivido el paso del tiempo.
   La Estación de Radiotelegrafía Grimeton, con la señal de llamada SAQ, comenzó a funcionar el 1 de Diciembre de 1924 en la frecuencia 16,7 kHz que luego fue modificada a 17,2 kHz. 
Era una emisora de comunicación impulsada por el cada vez más rápido desarrollo tecnológico de la época y también para evitar el aislamiento entre Europa y el resto del mundo.  Para mantener la comunicación se construyo una red de 18 emisoras en diferentes partes del mundo con el centro ubicado en Long Island, Nueva York. Desde aquel momento Europa ya no dependía de una telegrafía por cable  y esto se puso de manifiesto tres lustros más tarde con el inicio de la segunda guerra mundial.
   Las comunicaciones por cable quedaron de nuevo interrumpidas con el inicio de la segunda guerra y el responsable de Grimeton, H. Palmqvist,  informó al personal el 28 de agosto de 1939 que a partir de ese momento todos los comunicados tenían que ser leídos de inmediato y se prohibió la entrada al recinto a cualquier persona  que no trabajara en el centro.
Unos meses más tarde se decidió también no limpiar las carreteras de tierra, dejando crecer la hierba y se pintó el edificio de verde camuflaje, se taparon las ventanas con maderas y el techo fue cubierto con sacos de arena. Se decidió también vallar todas las instalaciones e instalar torretas de fuertemente vigiladas por militares suecos y perros adiestrados.
   Todos estos detalles han sido recordados a lo largo de los años tanto por los trabajadores como por sus hijos y vecinos, que han evocado la época de guerra como una etapa de alto secreto en la que nadie podía saber lo que estaba pasando puertas adentro.
 El gran temor del responsable de Grimeton era que  la estación fuera atacada por la LUFTWAFFE que sobrevolaba constantemente Suecia. También había otra preocupación, los aviones de la RAF, que en sus idas y venidas hacia alemania volaban bien bajo poniendo en peligro las antenas de la estación. Para evitar males mayores se tomó la decisión de construir en la montaña varias subestaciones secretas incluyendo las recién llegadas emisoras de onda corta de gran potencia.
   La actividad en Grimeton fue en aquellos años frenética y muchos trabajadores han recordado que se trabajaba las 24 horas del día y que los mensajes de salida y llegada nunca cesaban.  La estación sueca se había hecho cargo del tráfico de Inglaterra con Estados Unidos que antes había pasaba por Dinamarca. También había contactos directos con varias embajadas en el mundo.
Aunque la existencia de la estación de radio era un secreto a voces, sobre todo para los vecinos del municipio, había un pacto de silencio y nunca se llegó a filtrar ningún solo mensaje.   Está claro que en aquellos años el enemigo intentaba descifrar los cables pero el director Palmqvist aseguró en una entrevista concedida en 1946 que eso no era posible ya que las letras de los mensajes de salida  eran barajadas de una forma aleatoria a través de un codificador para luego ser descodificados en el aparato receptor.
   Cuando la guerra terminó Grimeton volvió a su ser. La onda corta hizo si irrupción definitiva y la estación perdió interés. Sin embargo continuó funcionando sobre todo para mensajes entre barcos y submarinos aunque con el fin de la guerra fría este tipo de comunicación también quedó obsoleta. Finalmente dejó de emitir a mediados de l990 y se tomó la firme determinación de conservar las instalaciones y mantenerlas en perfecto estado. Como un recuerdo de todos los mensajes que se pudieron mandar durante la segunda guerra mundial.  



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