sábado, 18 de abril de 2020

EL COVID DESDE MI TERRAZA - DÍA TREINTA Y CUATRO


DIA TREINTA Y CUATRO – VIERNES 17 DE ABRIL 

EL CONTRIBUYENTE – INSISTO E INSISTIRÉ 

 

 

      Soy un Crack. Pero un auténtico Crack. Como no tengo abuela me lo digo yo misma.

      Ya lo dije en uno de los primeros días del confinamiento. Muy pronto seremos todos unos auténticos expertos en ordenadores y en la red de redes. Como no hay ayuda tenemos que resolver los problemas nosotros mismos. Además, Google está para algo, digo yo. Con la cantidad de tutoriales que hay en la red es cuestión de buscar. Pero es necesario algo de paciencia para dar con alguien capaz de explicar las cosas de una forma coherente. Eso es lo más difícil. Los genios de la informática suelen tener una mente amueblada a su manera, carente de toda lógica para el usuario mortal.

      El caso es que yo soy un Crack, porque ya se bajar vídeos de Youtube, guardarlos en un pendrive, hacer mis “playlist” en el móvil, conectar por wifi el móvil a la tele, sobre todo el WhatsApp y más virguerías con las que no os pienso aburrir. ¡Pero si eso está chupado dirán los jóvenes! Para ellos sí, pero para mí, que soy una jubilada, no. No soy de la generación de la informática, pero soy capaz de aprender. Y me siento bien por ello. Estoy orgullosa.

     En estos días también he aprendido lo importante que es cuidarse. De ahí mi gimnasia todos los días, una hora mínima, y una alimentación acorde con lo que consideramos sano, mucha fruta, verdura, algo de carne roja, legumbres y por fin, pescado. Por cierto, que mañana toca un arroz con rape y calamares.

      Pero a lo que iba. Al margen de la alimentación me he dado cuenta de lo importante que son los aperitivos. No paran de hablar de ello en los informativos y aunque personalmente me gustan, me preocupa la importancia que se le está dando al vino, al vermut, cerveza y demás bebidas con alcohol. No soy abstemia, me gusta un buen vino, pero cada vez se habla más del tema y en el supermercado algunas de las estanterías vacías son las que precisamente ofrecen este producto. Soy de las que piensan que todo es bueno, pero en su justa medida y no sé yo si después de este confinamiento, muchos tendrán que visitar una clínica de rehabilitación para deshacerse de algunos vicios adquiridos.

      Claro que si solamente es eso podemos darnos con un canto en los dientes. Porque este encierro está destruyendo psicológicamente a muchas personas, sobre todo a las que viven solas y no me refiero solo a la gente mayor, sino también a jóvenes que se han visto atrapados sin quererlo en un piso de muy pocos metros cuadrados. No sé si los que nos tienen encerrados lo han llegado a pensar. Porque hay personas cuya vida gira entorno a sus paseos diarios, a la charla vespertina con la amiga o al café matutino con la hija. Ahora no hay nada de nada. Hay muchas personas que tienen todas las papeletas para sufrir una fuerte depresión sin remedio porque en este momento pasan los días alejados de su esencia vital debido al coronavirus,

      Como he dicho sigo  informativos de diferentes países. Entre ellos el de Suecia, país donde no se han tomado grandes medidas de emergencia, todo el mundo sigue en la calle y el virus, curiosamente, se extiende con menos rapidez que en otros lugares donde los ciudadanos viven encerrados.  Nadie sabe la razón, pero es así. Claro que el país tiene al igual que todos sus problemas sanitarios y también económicos ya que hay restricciones y las empresas van como van. El Gobierno sueco tiene que poner dinero, igual que en España y en casi todos los países europeos. Hay que pagar a los parados, a los autónomos, costes extra de sanidad y todo lo que esta crisis está engendrando.

      Pero a lo que voy.  En las noticias de España se hace hincapié en la cantidad de dinero que el Gobierno va a destinar a X.  En las noticias de Suecia se hace hincapié en lo que esta crisis le va a costar al contribuyente. Porque señores, el Gobierno no es una máquina de hacer dinero. Un dinero que luego reparte y que parece, según las noticias, que los diputados magnánimamente sacan de su bolsillo. Aquí los únicos que sacan el dinero de su bolsillo gracias a su trabajo e impuestos son los contribuyentes. Y me pregunto ¿seguimos pagando la deuda millonaria que nuestro Gobierno contrajo con la Unión Europea para salvar a la banca del país? Si alguien sabe la respuesta me la diga, por favor.  

      Y también por favor que alguien le explique al Gobierno lo del contribuyente porque parece que no se ha enterado. Los préstamos de hoy son las deudas de los contribuyentes españoles del mañana.

      Que a gusto me he quedado.

      Hoy hemos comido tarta.

      Mañana ya es sábado. A ver si sale el sol para alegrarnos el día.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
































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