DIA VEINTE – VIERNES 3 DE ABRIL
DIETA, ¿COMER O DINERO?
Hoy hemos visto el sol. Ha sido una mañana preciosa con una buena temperatura acompañada del silencio y calles vacías. Es a lo que nos estamos acostumbrando y tendremos que seguir así al menos hasta el mes de mayo me temo. Es el confinamiento de nuestras vidas que nos debería de llevar a una profunda reflexión sobre nuestra forma de vivir y entender la vida. También, e insistiré siempre en lo mismo, deberíamos reflexionar sobre nuestros políticos, no solo los de este país sino de todos en general.
Pero intentaré no pensar más en eso porque estoy contenta. A mi hijo le han concedido una beca para un master, he visto el sol y he tomado el aperitivo con algunos de mis amigos en Madrid. WhatsApp a banda de cuatro, unas risas y un buen vino.
Y a todo esto se nos cuela por el telediario que este confinamiento ha llevado a la gente a comprar más chocolate, vino, cerveza y otras cosas que no deben formar parte de una dieta sana y equilibrada. Y para más inri una doctora nutricionista diciendo cosas que en estos momentos no queremos oír. En fin, no digo que no tienen razón, ¡pero hombre! un poco de comprensión. Ya tenemos suficiente con tener que inventarnos el día a día, sacarle brillo a lo que siempre fue mate y sonreír cuando en realidad nos gustaría llorar. ¡Un poco de tregua, por favor! Que la vida son dos días y ahora esa vida es especialmente complicada para muchas personas. Creo que de momento no estamos para dietas.
Claro que para dietas sí que están los diputados y me refiero al dinero que reciben por ejercer su trabajo en Madrid cuando viven en cualquier otro lugar. Un trabajo que ahora mismo no están ejerciendo de forma presencial por la pandemia, pero las dietas siguen entrando en su cuenta bancaria. Sabíamos que cobran por ir, pero ahora sabemos también que se les paga por no ir. Aunque digo yo, e insisto en ello, si te contratan en Madrid tendrás que irte a vivir ahí ¡Sino busca trabajo en tu pueblo! Menos mal que alguien más ha reflexionado sobre lo mismo y parece que no van a cobrar las dietas por no ir.
Ya son más de 10.000 los fallecidos por el virus. 900.000 puestos de trabajo han desaparecido. Los respiradores comprados por los responsables de sanidad no tienen licencia. Da miedo leer los periódicos.
Nosotros nos hemos encerrado en casa, pero seguimos siendo los responsables de lo que ocurre. Siempre se culpa al pueblo de los males de un país. Y cuando digo pueblo me refiero a los ciudadanos o lo que es lo mismo, al contribuyente. Nosotros conformamos la riqueza de un país, con el trabajo y con el dinero que pagamos en impuestos. Un dinero que por cierto, el gobierno luego reparte a su antojo.
Ahora mismo los de ahí arriba, y miro hacia arriba, no gestionan lo que tienen que gestionar ni hacen lo que tienen que hacer. Creo que la situación actual y las cifras de la pandemia hablan por sí solas.
Y a veces cuando miramos hacia arriba, al cielo, vemos el arco iris que hoy tiene su día internacional. Se trata de un fenómeno natural que ocurre cuando los rayos del sol atraviesan las gotas de lluvia en un ángulo de 42 grados. ¡Que difícil debe de ser! ¡Justamente 42 grados! La naturaleza no debe nunca dejar de asombrarnos.
Sigo estando contenta. Ya queda poco para terminar la semana número tres. ¡Vamos a por la cuarta!
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