DIA VEINTIUNO – SABADO 4 DE ABRIL
INICIATIVAS MEMORABLES
Hoy puede ser un gran día y lo ha sido. No solo porque ha amanecido soleado, con un cielo azul impecable y un Mediterráneo que invitaba al baño, sino también porque he hablado con amigos, con todos mis hijos y nietos. Esto ha sido lo que podríamos denominar un día completo.
Pero hay más. Si hace unos días mencioné que seríamos los más entrenados de nunca jamás, por la cantidad de ejercicio que hacemos delante del televisor; los más informados sobre un virus enigmático y también expertos informáticos, a estas alturas añado que también seremos los más cultos e intelectuales gracias a un sinfín de iniciativas que han surgido durante este confinamiento mundial por parte de grupos musicales, de teatro, escritores, museos etc. La verdad es que casi no tenemos tiempo para seguir todo lo que se nos ofrece.
Por citar solo unas pocas cosas diré que los viernes ya son del Circo del Sol, que cuelga en Youtube una hora de alguno de sus espectáculos más destacados; los miércoles, del grupo cómico Tricicle, también en Youtube; tenemos visitas virtuales a un buen número de museos y monumentos, ópera para los amantes del bel canto y cine español para todos gracias a la iniciativa de TVE. Pero también hay actividades para los más pequeños, entre ellas una asistencia online a la escuela Howards para magos. La escritora británica Rowling ha decidido compartir algunos de sus más valiosos secretos con los niños del mundo para darles un respiro en el encierro.
¡Por fin! La cultura ha abierto sus puertas a todos sin que tengamos que pagar un precio que muchas veces se nos escapa a nuestros bolsillos. Y no es que la cultura no lo valga, que lo vale y con creces, es que hay muchas personas que no pueden pagarlo, con lo que se quedan sin esa aportación tan vital para el ser humano. Por eso es de agradecer que en estos momentos de pandemia, los que tienen algo que ofrecer lo hagan sin pedir nada a cambio. Me encanta y doy las gracias a todas las entidades y artistas tan solidarios. Y sobre todo doy las gracias a aquellos que, aunque lo intentan, no pueden vivir exclusivamente de su arte. Gracias de corazón.
Ayer fue el día del Arco Iris pero también se celebró el Día Internacional del Móvil. Un aparato al que nunca le he dado mayor importancia ya que siempre me ha parecido innecesario, por no decir molesto. El hecho de que te puedan localizar a todas horas y para cualquier tontería elimina toda privacidad del ser humano. Sin embargo ahora, cuando llevamos varias semanas encerrados mi perspectiva ha cambiado considerablemente.
El móvil es mi vida. Ahí metido, entre los chips, cables y demás artilugios electrónicos están escondidos todos mis secretos personales, amigos, hijos, números, cuentas bancarias, noticias, correos, mensajes y hasta las fotos de mi vida que tengo que ordenar. Por eso, ahora mismo vivo con el móvil en la mano, pendiente a cada instante de las novedades que me puedan llegar de fuera y que tal vez den un giro a mi vida. ¡O incluso a la pandemia!
Así voy todo el día con el móvil en la mano ¡quien me ha visto y quién me ve! Antes, ese aparato andaba escondido en lo más profundo de mi bolso y con el sonido apagado, naturalmente. Pero las cosas cambian y doy gracias a Martin Cooper, que tal día como ayer, el 3 de abril de 1973 hizo la primera llamada a través de un teléfono móvil.
Llamó a su principal rival, Joel Engel, con un aparato que pesaba kilo y medio y medía más de treinta centímetros. Tengo muy claro que si el peso de los móviles actuales fuera el mismo jamás tendría uno. Pero el mío solo pesa 169 gramos. Y sirve para guardar la vida entera. ¿Qué pasará si algún día perdemos el móvil o se rompen los satélites? Prefiero no pensarlo.
Hoy es sábado y los sábados son días de diversión. Me he reído sola, de las tonterías que se me pasan por la cabeza, he disfrutado de la vista de mi terraza y también he aprovechado para cocinar con tranquilidad. Hoy desde luego ha sido un buen día a pesar del anuncio de otras dos semanas de confinamiento.
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