jueves, 14 de mayo de 2020

EL COVID DESDE MI TERRAZA - DÍA SESENTA

DIA SESENTA – MIERCOLES 13 DE MAYO 

MARCHANDO UNA DE CHIRINGUITO

 

 

      60, otro número fascinante compuesto por dos cifras. El 6 simboliza la familia, el amor y el equilibrio entre otras muchas cosas y el 0 el infinito y la eternidad al mismo tiempo que intensifica la fuerza del otro número que le acompaña. Y si en esta pandemia hemos llegado hasta aquí todo lo bueno que hemos vivido será para siempre.

      Pero además el número sesenta nos abre el camino para ver lo que está bien y lo que está mal para así distinguir las consecuencias de nuestras acciones. Así que si a partir de este día 60 gestionamos con cordura las pautas que nos han impuesto en esta desescalada marcaremos el camino de salida de esta catástrofe sanitaria y económica. Filosofía pura y dura. 

      Pero empecemos por el principio. Estábamos en la fase 0 y ahora media España está pendiente de pasar a la Fase 1, porque la otra mitad ya lo está. Esto es la desescalada una palabra que yo cambiaría por “desescalabro”, que tampoco existe pero que se refiere al descalabro que si existe y que se refiere a herir en la cabeza o herir y causar daño, entre otras cosas.

      Porque esto es un auténtico "desescalabro" porque nos tienen la cabeza hecha un auténtico bombo, con o sin heridas, pero si con mucho dolor. La verdad, no sé lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer, tampoco entiendo lo de los horarios, así que seguiré mi propio sentido común y haré las cosas a mi parecer.

      Y digo esto porque hoy he ido al centro del pueblo a hacer unos recados imprescindibles y me he dado cuenta de que tenemos que volver a vivir, pero nos vamos a ver obligados a cambiar muchas costumbres. Habrá que acostumbrarse a las mascarillas, a los guantes, a mantener las distancias y sobre todo a tener paciencia. Donde antes tardábamos diez ahora tardaremos veinte minutos. Llegas a la Ferretería, hay que esperar para entrar, a la droguería, lo mismo, al chino, ídem de ídem, y así, tan solo en esperas se te ha ido media mañana. Si además hay que ir al super, a la carnicería, pescadería, frutería y panadería, pues échale la mañana entera y un poco más para hacer los recados cotidianos. Así que si antes hacía todo en poco más de hora y media ahora me paso la mañana en la calle. ¿Será esto la nueva normalidad?


      Sea lo que sea me ha encantado ver que las cosas se mueven, aunque sea poco a poco, pero que se mueven. Tenemos que recuperar la economía y también nuestra vida, la que nos hace levantarnos todas las mañanas para hacer cosas y la que nos da la libertad de respirar. Ahora los barcos pueden echarse a la mar por lo que desde el lunes veo algunas velas en el horizonte.

      ¡Y hoy ha abierto Tsunami! El chiringuito de la Playa del Cisne. ¡Lo que han tardado los extranjeros en sentarse para un café o una cerveza! Han ampliado algo la terraza, han colocado algunas sillas en la playa y ¡ale! a vivir que son dos días. ¿Será esto también la nueva normalidad? Aunque a mí esto me parece la de antes.

      He de decir también que ando un poco desesperada. Sigo con mis fotos y he decidido rehacer algunos álbumes, darles un poco más de literatura y seleccionar mejor las imágenes. Todos los viejos están algo roídos de tanto mirarlos y las páginas han quedado amarillentas con el paso del tiempo. Así que al margen de escanear las fotos me voy a poner manos a la obra y voy a hacer algunos álbumes de papel para que mis nietos y mis biznietos sepan lo que es la fotografía de verdad.

      Hoy hacemos constantemente fotos con el móvil, para Instagram, Facebook, Twitter y para la madre del cordero de las redes sociales. Hace ya décadas, cuando se hablaba de fotografía se decía instantáneas, sin embargo, duraban toda la eternidad, sobre todo si el negativo era de cristal.

      La fotografía digital sin embargo, tiene una calidad eterna pero nunca ha sido tan instantánea. Zas, subimos la foto a la red de redes, la contemplamos durante un segundo y luego desaparece de nuestra memoria para siempre. ¿Alguien se toma la molestia de guardar las fotos digitales en un álbum con anotaciones de quien, cuando y donde? Salvo para bodas, banquetes y bautizos la cosa está chunga. Nuestros recuerdos andan por ahí, en una nube y se han convertido en una vida que dura solo un instante. ¡Qué pena me da! ¡Con lo que a mí me gusta el papel!

      Pero lo que iba a contar es que quería comprar álbumes, de los de antes, con su tapa dura y su papel en condiciones, así que tranquilamente entro en una de las grandes plataformas de compra online con la seguridad de que esto es pan comido. ¡Si, si! Lo mismo han pensado otros cuatrocientos millones de seres humanos así que mi gozo en un pozo.

     Los buenos, bonitos y baratos están agotados y para comprar un álbum caro prefiero ir a mi tienda de toda la vida donde me lo enseñan con todo cariño y donde además puedo charlar un rato. Manteniendo las distancias, naturalmente.

      Y hoy estoy contenta porque en nuestro paseo diario he vuelto a ver al cisne. Esta divinamente.

 

 

 



































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