DE AVIGNON A ARLES – CORRIENDO QUE NOS VAMOS
Pues si me gustó
Avignon, Arles me encantó. Iba a ser una jornada corta, solo 40 kilómetros ya
que era mejor dividir en dos días el trayecto hasta nuestro destino para así
asegurarnos la llegada a la esclusa de Port Saint Louis, que solo abre cinco
veces al día. El joven alemán quería salir hacia las once así que decidimos
irnos al mismo tiempo. Luego nos dieron las doce pero eso daba igual. Cuarenta
kilómetros era pocos y llegaríamos enseguida.
En Arles no hay marina
ni nada de nada para los barcos pero lo que sí hay es un barco restaurante
donde te puedes abarloar si luego cenas o comes ahí. Ese es el trato y desde
luego lo hicimos. Claro que de haber sabido la marcha que había en la ciudad no
sé yo…… aunque de todas formas era
nuestra única posibilidad de quedarnos en la ciudad.
Arles tiene un teatro y
anfiteatro romano espectacular, una zona vieja llena de callejuelas cargadas de
bares y restaurantes además de gente por todos los sitios. Hemos llegado un
sábado así que la animación es total y si a ello añadimos la noche de la
música, pues os podéis imaginar. Un paseo por el centro fue suficiente para comprender
que aquí sí que hay diversión. Pero el trato era el trato y cenamos en el
barco restaurante, eso sí, luego fuimos al centro a escuchar música y a disfrutar
de la noche y soñar con el día de mañana, que ese será un gran día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario