DE GERGY A MACON – TIERRA DE BUEN VINO
¡Y llegamos a Mâcon,
ávidos de probar su buen vino y de disfrutar de una rica cena! Esta ciudad es
conocida por la gran feria de vinos franceses que se celebra todos los años en
el mes de mayo. Pero además ofrece otros atractivos turísticos entre museos e
iglesias además de vestigios de su origen celta. Sin embargo nosotros a lo
nuestro. Tras la llegada a la marina un rápido arreglo personal y rumbo al
centro con la esperanza de encontrar algo abierto. Tras un paseo de tres
kilómetros llegamos a la calle más alegre con bares y restaurantes que estaban
llenos de clientes. Todo el mundo mirando la tele ya que a punto estaba de
comenzar el partido del mundial entre Francia y Honduras.
Escogimos un
restaurante que lleva el nombre de uno de los ciudadanos más ilustres de la
ciudad, Lamartine, poeta y cuya vida y obra se muestra en el museo que lleva su
nombre.
Claro que para nosotros la poesía era otra, enfrascada en una botella
con etiqueta y de color rojo. Rico, rico. De nuevo saboreamos los mejillones
con patatas fritas (que están realmente estupendos por muy extraño que parezca)
y una carne guisada a la borgoña (osea, en vino). Ingrid y Peter, nuestros de
viaje cenaron con nosotros y disfrutamos realmente de una buena comida tras una
larga jornada de travesía.
A estas alturas la navegación es coser y cantar. Estamos recorriendo el
río Saône, con anchura y profundidad más que de sobra y además con pocas
exclusas.
Pero por si eso fuera poco tenemos además la corriente a nuestro favor y también el viento que nos va empujando hacia el sur. En total 70 kilómetros en un tris lo que comparado con los diez o quince que hemos podido hacer en el canal de Les Vosgues, debido a las decenas de exclusas diarias, pues resulta más que cómodo.
Además, como ya dije ayer, parece que volvemos a la civilización. Las
cuidades, al margen de que son cada vez más grandes, también se animan con
gente en la calle y tiendas abiertas como es el caso de Chalón sur Saône. Da fe
de ello el hecho de que nos encontramos con más de un pequeño crucero lleno de
turistas que suponemos parten de Lyon para pasear al personal. El paisaje es
tal vez algo monótono pero no deja de ser agradable y así lo ven también los
propios franceses que no desperdician un segundo para disfrutar de algunas de
sus aficiones como es el camping y la pesca.
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