EN UN LUGAR DE LOS
VOSGUES – DE GIRANCOURT A ESE LUGAR
De nuevo se nos presentaba una jornada infernal con esclusas
cada cien metros, más o menos. Ya sé que es exagerado pero la realidad supera a
veces la ficción. La idea era llegar a Corré, unos treinta kilómetros con otras
tantas esclusas. Ya empezábamos el descenso hacia el Mediterráneo ya que todo
sería más fácil. Sin embargo comprendimos muy pronto que no llegaríamos ya que
las esclusas no estaban llenas, había que esperar y además nos encontramos con
varios barcos en el sentido contrario con lo que el tiempo de espera se
duplicaba. Intentamos hacer lo mismo del día anterior, no para ayudar en el
amarre, sino para ir abriendo las esclusas, pero definitivamente eso no
funcionaba.
Sin embargo no hay mal
que por bien no venga y uno de los operarios con los que nos encontramos nos
recomendó un sitio para atracar. ¡Y menudo sitio!
Entre la esclusa 24 y 25, en
medio del canal, rodeados de un bosque magnífico y con toda la paz y tranquilidad
del mundo.Y Lourdes fue la primera. Sin pensárselo dos veces se tiró al canal, seguida de Rafa, de mí y finalmente Alfonso. Los tripulantes de “Seawind” también nos siguieron. No queda claro si el agua de estos canales es apto para bañarse, todavía no hemos visto a nadie en el agua pero eso no significa nada. Nosotros desde luego terminamos en el agua ya que sin un baño refrescante no hubiéramos disfrutado del resto de la jornada.
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