miércoles, 11 de junio de 2014

NAVEGANDO TIERRA ADENTRO - BAJO BANDERA HOLANDESA

BAJO BANDERA HOLANDESA – DE RICHARMÉNIL A CHARMES
   La mañana en Richarménil parecía la salida de una carrera de Fórmula 1. En el pequeño muelle había cinco barcos atracados y al menos tres estábamos esperando el pistoletazo de salida para llegar los primeros a la esclusa. Aunque no hay leyes escritas al respecto lo normal y la cortesía dice que los primeros en salir deben ser los primeros en llegar, eso es,  barco holandés y nosotros y luego los demás, por orden de llegada al muelle.
Pero listos los hay en todo el mundo y se nos adelanta una motora alemana. ¡Y la que lía! Llegando a la esclusa, en vez de esperar a que se encienda el semáforo en rojo, aprieta el mando a la espera de que se ponga en marcha el mecanismo. Pero no ocurre nada de nada ya que ha apretad el botón demasiado pronto. Nosotros podíamos haber abierto la esclusa pero ni se nos pasó por la cabeza. ¡No voy a abrir la esclusa para que se cuele un  listo! Finalmente regresó para volver a utilizar el mando y abrir la esclusa y ahí fue donde ¡nos colamos nosotros!

   Viajamos bajo bandera holandesa ya que es la originaria del barco pero también porque a partir de este momento nos hemos unido a otro barco holandés en el que viajan Ingrid, Peter, Lilian y Bas, dos parejas con un barco de mayor calado que el de Alfonso por lo que se sienten más tranquilos si viajan con nosotros. Buena gente sin duda con la que seguramente lo pasaremos bien en el futuro ya que van también al Mediterráneo.

   Hoy nuestra meta es Charmes, con puerto y servicios varios. Claro que si nos fijamos en el nombre todo indica que va a ser un pueblo lleno de “charm” pero vaya chasco. De entrada llegamos a la hora de comer, muertos de hambre, y el capitán Popov, que es el que corta el bacalao en el muelle, lo único que quería era cobrar.
¡No te dejan ni comer en paz! Teníamos que lavar la ropa pero la lavandería cierra a las seis de la tarde, de hecho todo en este país parece cerrar a las seis de la tarde.  Necesitábamos una gasolinera y nadie parecía saber de qué estábamos hablando. ¿Otra vez bienvenidos al norte? Sin embargo, andando por la calle en busca de la gasolina de pronto se nos vuelve una joven hablando en español. Nos cuenta que no pudo resistir de la tentación de hablar con nosotros al comprobar que éramos españoles. Era gallega y su marido portugués, afincados en ese pequeño pueblo desde hacía un par de años. El mundo es un pañuelo y recibimos la ayuda e información que necesitábamos.
   El caso es que si indagamos un poco en la historia de Charmes a lo mejor llegamos a comprender el lugar. Es conocida como la ciudad de los mártires ya que durante siglos ha sido asolada por todo tipo de epidemias, guerras, incendios y demás catástrofes hasta tal punto que durante la segunda guerra mundial, ya casi finalizando la contienda, fue destruida durante un intenso bombardeo.  
   Sobre este tema no tengo ninguna fotografía ya que Rafa decidió no inmortalizar nada para la posteridad de esta localidad.



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