miércoles, 11 de junio de 2014

NAVEGANDO TIERRA ADENTRO - ESE LUGAR

EN UN LUGAR DE LOS VOSGUES – DE GIRANCOURT A ESE LUGAR

   De nuevo se nos presentaba una jornada infernal con esclusas cada cien metros, más o menos. Ya sé que es exagerado pero la realidad supera a veces la ficción. La idea era llegar a Corré, unos treinta kilómetros con otras tantas esclusas. Ya empezábamos el descenso hacia el Mediterráneo ya que todo sería más fácil. Sin embargo comprendimos muy pronto que no llegaríamos ya que las esclusas no estaban llenas, había que esperar y además nos encontramos con varios barcos en el sentido contrario con lo que el tiempo de espera se duplicaba. Intentamos hacer lo mismo del día anterior, no para ayudar en el amarre, sino para ir abriendo las esclusas, pero definitivamente eso no funcionaba.
   Sin embargo no hay mal que por bien no venga y uno de los operarios con los que nos encontramos nos recomendó un sitio para atracar. ¡Y menudo sitio!
Entre la esclusa 24 y 25, en medio del canal, rodeados de un bosque magnífico y con toda la paz y tranquilidad del mundo.


  
A estas alturas ya habíamos alcanzado los treinta grados así que una ducha al final del día siempre se agradece. Pero durante las dos últimas jornadas habíamos estado sin agua así que este preciado líquido solo se puede utilizar para emergencias. Calor y sudor y la cerveza solo refresca por fuera así que había que tomar una decisión.
Y Lourdes fue la primera. Sin pensárselo dos veces se tiró al canal, seguida de Rafa, de mí y finalmente Alfonso. Los tripulantes de “Seawind” también nos siguieron. No queda claro si el agua de estos canales es apto para bañarse, todavía no hemos visto a nadie en el agua pero eso no significa nada. Nosotros desde luego terminamos en el agua ya que sin un baño refrescante no hubiéramos disfrutado del resto de la jornada.




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