sábado, 30 de mayo de 2020

EL COVID DESDE MI TERRAZA - DÍA SETENTA Y SIETE

DIA SETENTA Y SIETE – SABADO 30 DE MAYO 

LA VORAGINE DE LAS COMPRAS 

 

 

      Hoy me he echado a la vorágine de las compras. Lo siento. ¡No dicen que hay que apoyar el comercio local! Pues eso. No lo he podido resistir porque necesitaba urgentemente algunas prendas de "no vestir". Como ya no vestimos, ni nos arreglamos, con la mascarilla ¡para que! lo llamaré de no vestir, aunque en el fondo es de vestir. No sé si necesitar es realmente la palabra, pero es que me moría de ganas de ir de tiendas. Se que el lunes abren ya los centros comerciales, pero no quería esperar al lunes.  En fin, que me he ido a comprar ropa que no necesito pero que mi espíritu ansiaba porque eso de ir a una tienda, tocarlo todo, aunque no he tocado nada, pero he mirado con sumo placer y soñar con esa prenda para esa ocasión. ¡Uf!  Con que poco me he conformado y que feliz he sido.

      El caso es que después de trastear por el pueblo he ido a Benidorm, por aquello de la solidaridad aunque si soy sincera ha sido sobre todo para cotillear.  Porque ayer me dijeron que el Rincón del Loix, la zona de los ingleses, está de pena, como para llorar. Realmente me lo creo, pero tengo que comprobar, verificar, saber si los hechos se ciñen a la realidad. A fin de cuentas, en eso he trabajado toda mi vida. Al menos lo he intentado. Antes he ido al Centro Comercial de la Marina, en Finestrat, para sondear. Colas para entrar en Decathlon y Media Mark. Bueno, no colas exactamente, pero si al menos cinco personas esperando para poder entrar.

      Después rumbo al centro de Benidorm pasando por la zona del Edificio del Diamante. He flipado porque no conocía nada de lo que he visto. Eso no es Benidorm, es otro Benidorm. Quería acercarme por donde los vascos, la calle llena de bares de tapeo, pero no había tiempo y me dio mucha tristeza ver todo tan cerrado y vacío.

      Benidorm, la ciudad que nunca duerme al igual que Nueva York, se ha convertido en una ciudad fantasma. ¡Dios que ha pasado! Los comercios cerrados, los bares, las terrazas, salvo unas pocas, y la playa desierta. Como si todo el mundo se hubiera esfumado. ¡A lo mejor han sido abducidos por  extraterrestres! Pero no, yo ya sé que los de otros mundos no se acercarían jamás al nuestro, y menos aún para destruirlo. Para eso nos sobramos los seres humanos. No necesitamos ayuda de otros seres. Lamentablemente el tiempo lo está demostrando.

      Después al regresar, ya en la playa del Albir, he visto todo abierto, las terrazas llenas, los comercios con las puertas de par en par y en mi pueblo igual. ¿Dos mundos distintos? Evidentemente todo está más apagado que lo normal pero la vida empieza de nuevo. Poco a poco. En el chiringuito de la playa hay música, gente riendo. Hay personas que quieren seguir viviendo. No creo que nadie pasa de la situación vivida hasta el momento, ignorando el sufrimiento de tantas personas. Pero el futuro asoma y hay que seguir el camino e intentar no cometer de nuevo los mismos errores. 

      He pensado que estamos prácticamente en junio. Se nos ha ido medio año. ¿Lo hemos vivido? Alguien nos ha robado muchos meses de nuestra existencia. Meses que nunca vamos a recuperar.

     ¡Pero casi se me olvida lo mejor! Esta mañana, antes de salir de casa, escuche en la calle un bullicio poco común. Me asomo a la terraza. Ahí, al lado del río un operario de limpieza con una culebra de agua en la mano. Le pregunto ¿eso que es? El responde "una culebra de río". Ahora bajo a hacer una foto. Tienen ahora una nueva mascota, me dice con alegría. Sí, porque el cisne sigue en el Algar con sus amigos. Así que cambiaremos el cisne por la culebra de río. Además, es preciosa.

      Mañana domingo, a ver que cuento.

 


EL COVID DESDE MI TERRAZA - DÍA SETENTA Y SEIS

DIA SETENTA Y SEIS – VIERNES 29 DE MAYO 

SI BALENCIAGA LEVANTARA LA CABEZA

 

 

      Definitivamente esto no puede ser. No se puede salir a la calle con estas pintas. No, No y No. La humanidad lleva cientos de años trabajando en el estilismo que ha ido evolucionando. no solo para mejorar la estética de las personas sino también su comodidad. Y en ese sentido España ha sido desde hace muchos siglos un gran referente. A mediados del XVI, cuando nuestro país era el gran imperio envidiado por el resto del mundo, nuestra moda comenzó a tener una gran influencia internacional. Impusimos muchas cosas en el vestir del resto de las naciones como el dominante color negro, los jubones y calzas, el corsé femenino, el verdugado que daba volumen a las faldas o las gorgueras. Desde luego no era una moda cómoda, pero tenía un fin y un prestigio.

      ¿Y ahora? Ahora salimos con unas pintas que ¡para que! ¡Si Balenciaga levantara la cabeza! Se tiraría de los pelos y nos mandaría con nuestra indumentaria a las profundidades de nuestros armarios donde la ropa no tiene ni color ni nombre. ¡Él que compitió con los grandes de su época! Con otros como Dior, que a lo mejor alcanzaron más nombre internacional, pero creo que no con el mismo talento. El propio Dior decía que "nosotros los modistos hacemos con las telas lo que podemos, Balenciaga, él hace lo que quiere". Porque este hombre, nacido en Guetaria en 1895 y fallecido en Jávea a los 77 años; este hombre que aprendió por intuición, trabajando duro, dominó como nadie todas las telas y texturas de nuestro vestir, utilizando su estructura natural sin tener que hacer cortes o pliegues innecesarios para que la caída fuera perfecta. Creo que él comprendió que las telas son algo que está vivo, que tienen vida propia y que solo hay que entenderlas para poder manejarlas a su antojo.

     Balenciaga tiene su museo en Guetaria y lo recomiendo de corazón. Es uno de esos lugares donde la moda y la alta costura adquiere significado.  Todos los trajes que hay en el museo, sin excepción, son de extrema actualidad a pesar de los años transcurridos. Así es la alta costura.


      Entonces Balenciaga me ve salir con estas pintas y seguro que me manda a las tinieblas de la moda. Y miedo me daría pelearme de nuevo, como ya lo hice en mi adolescencia, con la minifalda, el minipull, los hotpants o los pantalones acampanados que parecían simular las campanas de la Iglesia Mayor de mi pueblo. Ya tuve que pelearme con mi madre para salir a la moda como para ahora tener que pelearme con Balenciaga por culpa del Covid-19. Claro que entonces no entendí porque a mamá no le gustaba la minifalda, pero si entiendo porque a Balenciaga no le gustaría nuestras pintas de ahora. Creo que si le dejamos diez minutos convertiría la mascarilla en un accesorio delicado y elegante y de la más absoluta necesidad.

      En fin, que salgo con estas pintas para el mercado, mercadillo, super y demás recados de los viernes.

      El espectáculo es todo un placer: ese pescado tan fresco y exquisito, toda esa fruta de temporada que obra maravillas en nuestro paladar. Bueno, a lo mejor "las pintas" que llevo merecen la pena porque he disfrutado en mi excursión gastronómica de los viernes.

       Por la tarde un paseo por el pueblo. Esto, insisto, es un auténtico lujo.

      Mañana sábado ya veremos lo que se me ocurre  porque creo que se me han quedado en el tintero varios comentarios que merecen una atención especial.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

viernes, 29 de mayo de 2020

EL COVID DESDE MI TERRAZA - DÍA SETENTA Y CINCO

DIA SETENTA Y CINCO – JUEVES 28 DE MAYO 

NUESTRO AMIGO EL TROMPETA

 

 

     El viento ha soplado hoy con fuerza durante todo el día y me tiene la cabeza hecha una pelota. Dicen que es de levante, pero como si es de poniente porque el viento no me gusta. Una leve brisa marina es siempre agradable, pero un viento que sopla con fuerza creando olas considerables ya no lo es. Al menos a mí no me lo parece.

     Además, el mar estaba enfadado. Supongo que el motivo hay que buscarlo en las fases. Nos tocaba cambiar el pasado lunes, eso es, pasar a la fase dos, pero lo han retrasado una semana y creo que con buen criterio. Pero al mar seguro que no le ha gustado porque a estas alturas está ansioso por recibir a los bañistas que todos los años le visitan y que se están demorando bastante.

     En fin, tranquilidad absoluta que el lunes pasamos de fase. No por mucho madrugar amanece más temprano. Digo.

     Twitter, una de esas redes sociales que conecta a personas, aunque no quieran ser conectadas, ha etiquetado  los tuits de Donald Trump, el Presidente de Estados Unidos, como potencialmente engañosos o lo que es lo mismo "fake news".

      Con esto del coronavirus las redes sociales se han visto obligados a mirar con lupa todo lo que se publica en sus páginas para que los humanos no nos creamos todo lo que leemos. Pienso que la mayoría tiene un criterio, se guía por la lógica y el sentido común, pero siempre queda ese grupo que lee algo, se lo cree y luego lo reenvía para la confusión de todo el mundo. Son los famosos bulos que parten a veces intencionadamente de alguien o comentarios absurdos escritos con el fin de ensalzar su propia figura.

      Este sería el caso de Donald Trump que desde su elección como presidente ha elegido las redes sociales como principal altavoz de su ignorancia. Podríamos pensar que allá él, pero se trata del presidente del país más poderoso del mundo (con perdón de China y Rusia) y de un señor que manda y mucho. Todo lo que dice parece ir a misa con lo que la lejía ingerida es un gran remedio contra el Covid-19 o la hidroxicloroquina. La eficacia de este último medicamento en la lucha contra el Covid se ha puesto en duda por los expertos.

     Creo en el fondo que Trump, sabiendo que tiene los meses contados al frente de la Casa Blanca, está ensayando para su nueva profesión, esa que gusta tanto a los jóvenes fanáticos de las redes sociales que buscan vivir y ganar dinero sin pegar chapa. Hablo de los "influencers", los que tienen una cuenta en Instagram, Twitter o un blog o cualquier otra red social.

     ¿Pero qué es eso de "influencer"?  Dicen que es una persona que cuenta con cierta credibilidad sobre un tema concreto y que, a través de las redes sociales, por la cantidad de gente que le lee, puede llegar a tener cierto interés para una marca. ¡Vaya, como una persona anuncio o algo así! Porque claro, si yo veo una tarta en un escaparate puedo pensar que estará buena, pero si además mi amiga me dice que lo está, porque ella la ha probado, entonces me la compro.

     ¿Y con Trump de "influencer"? Un auténtico peligro. ¿Os imagináis que efectos pueden tener sus recomendaciones sobre los medicamentos? Creo que lo mejor será que vuelva a sus negocios y que deje las redes sociales para los jóvenes que trabajan sin trabajar y que además cobran por ello. Es más, yo cuando sea mayor quiero ser "influencer". A ver si me busco un tema inexistente para promover en la red y conseguir así muchos "followers" que pulsan el "like". ¡Hay de todo en la viña del señor!

     Y luego está eso de la nube. Hay que subir cosas a la nube. ¿Nube? Cirrus, cirrocúmulos, altoestratos, altocúmulos, cumulonimbos…. hay muchísimos así que a ver que nube elijo. ¿Y luego como lo encuentro? Porque lo de la nube está bien, adornan el cielo y decoran el ambiente y nos traen la lluvia pero ¿eso de guardar cosas en ellas? Quedarán algo nubladas digo yo. ¿Y los días despejados cómo encontramos nuestras cosas? Tendré que investigar.

     De momento me quedo con el atardecer del pueblo que es una maravilla.

      Y mañana es viernes. Creo que todo el día.


jueves, 28 de mayo de 2020

EL COVID DESDE MI TERRAZA - DÍA SETENTA Y CUATRO

DIA SETENTA Y CUATRO – MIERCOLES 27 DE MAYO 

VODEVIL DE BERLANGA 

 

 

      ¡Creo que se ha abierto la veda para pedir parcela en la playa! Mañana sin falta me acerco a primera hora al ayuntamiento para ponerme a la cola. No sé si irá por tramos horarios, días pares o impares, edades, familias, pero ya lo explicarán. De momento quiero esos cuatro metros cuadrados en la playa enfrente de casa, justo en la orilla, para así aprovechar mejor el tiempo para los chapuzones y tenerlo fácil para echar la tabla al agua. ¿Aunque a lo mejor tengo derecho a más metros cuadrados? ¡Como somos dos en casa! ¡Que nervios!

      A veces tengo la impresión de que este confinamiento es como la chistera de un mago de la que todos los días sale algo nuevo. Ahora le ha llegado el turno a las playas que deberían abrir, si todo sale como tiene que salir, el lunes cuando entremos en la Fase 2. La solicitud está de momento en la cartera del ministro que es el responsable de firmar la autorización. Crucemos los dedos porque supongo que más de uno tiene ya ganas de darse un baño.

      Se que la situación es todavía delicada y que el Covid-19 sigue entre nosotros. Así lo demuestran algunos repuntes de contagio, pero como he dicho en alguna otra ocasión tenemos que aprender a vivir con el bicho. No hace falta besuquearse a todas horas, probar la cerveza de tu amigo o hacer corrillo para chismorrear sobre la vecina del quinto tosiéndonos a la cara al mismo tiempo. El secreto, nos lo han repetido hasta la saciedad es la distancia social y no manosear todo el mobiliario de las calles sin lavarse luego las manos.

      Ayer conté la buena nueva de la OMS. Hoy me hago eco del Jefe de Enfermedades Infecciosas del Vall d'Hebrón de Barcelona, el doctor Benito Almirante, que dice que, si la tendencia de ahora persiste, en unas cuatro semanas solo habrá algunos casos puntuales. También nuestro omnipresente Fernando Simón ha asegurado que la circulación del virus es más baja de lo que se pensaba. Todo ello apunta a que el verano llegará y con la nueva estación también los extranjeros. Y esto último a ver como lo organizan porque tener que hacer dos semanas de cuarentena, que en estos momentos es lo establecido, en unas vacaciones de dos semanas va a ser que no.

     Yo de momento me apunto a lo de mi parcela en la playa no vaya a ser que regresen de su país los vecinos del cuarto y me la arrebaten. ¡No te digo!

      Bueno es saber también que han eliminado las fronteras entre los municipios y que dentro de nada podremos "viajar" pues a lo mejor ¡hasta Valencia!  

      Aquí hace ya tres semanas quitaron la valla que delimitaba Altea con El Albir. ¡Una valla en medio de nuestra ruta del colesterol! ¡Quien ha visto semejante extravagancia! ¡Que ocurrencia! Como aquellos pueblos que están divididos entre dos provincias (que hay bastantes en España) y que no puedes cruzar la calle porque entonces te sales del municipio. 

     ¡Ay si nuestro querido Berlanga levantara la cabeza! Estoy convencida de que se frotaría las manos, llenaría su cabeza de titulares de prensa y con ese humor tan irónico y socarrón que le caracterizaba, crearía un vodevil Pandémico o Confinado sin precedentes. Habrá que ir pensando en los protagonistas, aunque creo que tengo los nombres al menos para algunos de los Iluminados. Una saga de tres o cuatro películas para sacarle el jugo a esta historia tragicómica que estamos protagonizando muy a nuestro pensar.

     ¿Cómo terminaría esta historia? No sé pero creo que la situación se asemeja al de un virus que se nos ha metido en el ordenador. Pero el Covid - 19  lo tenemos entre los humanos y para matarlo hay que meterle el freno al desarrollo y a nuestra forma de vivir. Cuando nuestro ordenador se llena de virus lo apagamos, lo destripamos y lo reiniciamos. Pues lo mismo. Frenamos la tierra, reorganizamos todo y vuelta a empezar. Claro que muchos pensarán que si frenamos la rotación de la  tierra  nos podemos caer al vacío. Tendremos que pensar como Indiana Jones, no es un salto al vacío, es un salto de fe.

 

 

miércoles, 27 de mayo de 2020

EL COVID DESDE MI TERRAZA - DÍA SETENTA Y TRES

DIA SETENTA Y TRES – MARTES 26 DE MAY 

NO SON COMO ERAN, SERÁN DE OTRA MANERA

  

 

     Dicen el refrán que los martes ni te cases ni te embarques, pero el consejo de ministros celebra su reunión todos los martes (antes era el viernes). ¿Será por eso que las cosas andan un poco así y que sus decisiones son como son? O más bien no son, porque cuando son, resulta que al rato ya no son como son, ya que se ha decidido que sean de otra manera.

     ¡Y yo con estos pelos! En las últimas 24 horas he escuchado a varias personas preguntarse que qué es lo que pasa con este gobierno que cuando toma una decisión al ratito la revoca para decidir otra cosa completamente diferente.

  Ahora resulta que algunas comunidades, sin completar las fases de la desescalada van a poder salir del Estado de Alarma Sanitaria. Así lo ha asegurado el ministro filósofo dejando a más de uno boquiabierto. Estamos a duras penas intentando recuperar nuestras vidas, con varias fases por delante y con medidas que suponen un gran esfuerzo para la población, cuando ¡zas! escuchamos esta  noticia. Y miro al cielo. 

      ¿Será que todo esto no era necesario? ¿Será que piensan que se están pasando? ¿Será que ven a la gente tan harta que deciden que es mejor que todo el mundo haga lo que le dé la gana? ¿Será que ellos están tan hartos de tomar decisiones que al segundo tienen que revocar por su falta de lógica? Yo me inclino por esto último porque debe de ser muy frustrante decidir algo que luego tienes que anular. Un día sí y otro también.

      A estos vaivenes también se ha sumado la OMS, Organización Mundial de la Salud, tan criticada en estos días y que ahora nos viene con una nueva teoría. Dicen los expertos del organismo internacional que creen que el Covid-19 tiene en estos momentos una tasa de transmisión tan baja que resulta muy difícil que el virus sobreviva mucho tiempo. Con ello descartan un temido rebrote en los próximos meses ya que el virus se debilita por si solo y puede llegar a desaparecer como ha ocurrido con otros muchos "bichos" causantes de algunas de las grandes pandemias de la humanidad. Aun así, piden prudencia porque estamos todavía en una fase crítica y ha solicitado que la población no tenga "ni paranoia ni relajación", ¿Qué no tengamos paranoia a estas alturas? Me parece que están pidiendo un auténtico milagro.

     Y dicho esto me asombro de nuevo ante la capacidad del ser humano de eliminar la flora y fauna, destruir el medio ambiente en general, poner la bio-diversidad al borde del abismo y al mismo tiempo ser incapaz de dominar un virus diminuto.

     Mientras tanto nos preparamos para el verano que ya está a la vuelta de la esquina y que este año nos va a pillar con más ganas que nunca. De momento uno de los productos estrella en cuanto a las ventas son las piscinas que puedes instalar sin obra en un terreno o incluso en una terraza. ¡Pero ojo! Ya han avisado, las terrazas no son un buen lugar ya que el agua pesa y las estructuras de las casas no están hechas para tanto peso.

      ¿Y qué va a pasar con las piscinas comunitarias? Pues ahí también hay un vaivén de normas que aparecen y desaparecen como por arte de magia. De momento parece ser que va a ser complicado abrirlas. Las normas exigen un máximo de un 30% de aforo y una desinfección constante. ¿Quién lo va a controlar? Está claro que no es la labor del socorrista así que habría que contratar a un vigilante que además esté dispuesto a la desinfección. Gasto extra.

     Lo suyo, digo yo, es esperar unas semanas a ver si todo esto evoluciona según lo previsto. Mientras tanto seguimos haciendo ejercicio y disfrutando de las cañas a orillas del mar. Eso hasta que abran las playas parceladas o por turno de llegada. Ya veremos.

 

 



martes, 26 de mayo de 2020

EL COVID DESDE MI TERRAZA - DÍA SETENTA Y DOS

DIA SETENTA Y DOS – LUNES 25 DE MAYO 

NORMAS DISPARATADAS 

 

     ¡Dios mío pasan los días y es como si pasaran los años! Hace nada llegué a los sesenta y cinco, edad de jubilación, y ahora ya paso los setenta. ¡Madre mía! He calculado que cuando esto termine habré sobrepasado los cien.

     Bueno, hasta que eso llegue me voy a pescar. He desempolvado la vieja caña de mi padre, me pongo el bañador, cojo mi silla y a la orilla que me voy. Como no puedo tomar el sol en la playa, pero si pescar; no puedo estar en la calle haciendo deporte salvo en las horas establecidas, pero si pescar; pues pesco. ¡Con licencia, por supuesto!

      Luego, en el horario que me corresponde salir a pasear, un paseo que siempre me lleva bastante más allá de mi término municipal lo cual está prohibido, entonces si la policía me dice algo, diré que he quedado en una terraza para un café. Porque no puedes hacer deporte fuera de tu propio municipio, pero sí ir a tomar un café, una paella o lo que se tercie al pueblo que te dé la gana dentro de la provincia. ¡Puf! Que gran verdad es aquella que dice que el sentido común es el menos común de los sentidos. Y esto en Fase 1.  A ver con lo que nos sorprenden en la Fase 2.

     De momento sabemos que en la Fase 2 se abren las playas en las localidades costeras. Claro, las no costeras no tienen playa. Cada comunidad tendrá la potestad de regular el acceso al mar y según lo que he visto y leído hay planes para todos los gustos. Aquí seguro que no tendremos problemas porque tenemos playa de sobra y como es de canto rodado no mola tanto y nunca se llena. Es más, la ocupación no llega ni al 20 por ciento.

     Aun así, me sorprendo en verano cuando coloco mi toalla muy cerca de la orilla, bien alejada de todo el mundo. Entonces ¡zas! se acerca una familia entera, entre abuelos, padres, hijos y sobrinos y extienden sus dos mil millones de enseres, entre toallas, cubos, sombrillas, neveras y sillas ¡justo a mi lado estando la playa prácticamente vacía! ¡Será posible! Y no se sientan encima de mi toalla porque ahí estoy yo para defenderla, pero da la impresión de que lo intentan. ¿Qué necesidad hay de amontonarnos uno encima del otro cuando la playa da para todo el mundo? Es como si hubiera escogido el mejor sitio de la playa y ellos también lo quieren.

     Y llego así a la política. Visto lo visto creo que a nadie le asombra la trifulca que hay entre Trump y Xi Jinping que además está en plena escalada, que no desescalada. ¿Irán al revés que nosotros? En fin, están metidos de lleno en una guerra comercial a ver quién puede más al tiempo que parece que han iniciado una carrera a contrarreloj para ser los primeros con la vacuna.

      Y si el equipo estadounidense que dice tener ya una vacuna preparada se uniera con el grupo chino, que también asegura tener otra probada en humanos; digo que si los dos equipos se unieran tendríamos en un santiamén una vacuna fiable y segura, ¿o no? ¡Pero que de tonterías se me ocurren! ¿Ponerse de acuerdo? Imposible. Vivir para ver.

      En cualquier caso, hasta que tengamos una vacuna más nos vale aprender a convivir con el bicho. Higiene, distanciamiento social, mascarilla; esas son algunas de las recomendaciones de las autoridades sanitarias para evitar el contagio a las que yo añadiría respeto, educación, tolerancia, honestidad, optimismo y alegría. Casi todos cumplen, aunque siempre hay, y los hay en todos los países, algún que otro impresentable que se salta las normas a la torera.

      Hoy, como dije ayer, he estado también muy pendiente de Madrid y los madrileños se han portado como gatos, saliendo sigilosamente de sus casas con temor a saltarse la normativa. Pero a medida que avanzaba el día han atacado de lleno  algunas zonas. Es inevitable el primer día. Lo de las terrazas está bien, los negocios tienen que volver a revivir en algún momento y lo que también es estupendo es que hayan abierto los parques, tanto el Retiro como la Casa de Campo, que son los dos grandes pulmones de la capital y donde además hay espacio para andar y correr sin demasiadas aglomeraciones. 

      Mañana espero que más. A ver lo que ocurre.

 

lunes, 25 de mayo de 2020

EL COVID DESDE MI TERRAZA - DIA SETENTA Y UNO

DIA SETENTA Y UNO – DOMINGO 24 DE MAYO 

EL LUJO DE LA MASCARILLA

 

 

      Está claro que lo del uso de la mascarilla va a dar de sí. No solo porque la mayoría no sabemos dónde y cuándo usarla (la normativa al respecto es un poco liante) si no también porque tampoco sabemos que tipo de mascarilla debemos utilizar y como se coloca correctamente. En cuanto al modelo he leído tantas cosas y para todos los gustos que no sé qué pensar, aunque la mayoría de las opiniones de los expertos coinciden en que lo más idóneo para la gente de a pie, los ciudadanos que salimos a la calle, son las mascarillas quirúrgicas, que son las de un solo uso.

     ¡Estupendo! A ver, una familia de cuatro personas, dos adultas y dos adolescentes, son cuatro mascarillas al día, por treinta días (un mes) son 120 mascarillas, a 96 céntimos la mascarilla, pues es la ruina. ¿Estarán subvencionadas?

     Y si seguimos sumando mascarillas llegaremos a cientos de miles que luego hay que tirar ¿dónde? En las noticias han dicho claramente que no van ni en el amarillo, ni en el azul, ni en el de cristales y tampoco en el orgánico. Va en uno que se llama Resto, eso es, lo que no se puede reciclar. ¿Dónde está ese contenedor? En el reportaje de la tele sí que había uno que ponía Resto, pero no se ahora en que Comunidad Autónoma estaban. Porque si en un  país no se recicla de la misma manera en todas las regiones ¿Qué hacemos?

      Luego también está la forma de ponerse la mascarilla. He visto ya todas las modalidades y algunas resultan hasta graciosas. Tengo entendido que la mascarilla debe tapar la nariz, la boca y la barbilla porque así es como va bien ajustada. Claro que según lo visto también sirve de collar, cinta de pelo, pulsera o se puede llevar en una oreja a modo de pendiente o solo como tapaboca dejando asomar la nariz. Y está claro que cuando uno habla por el móvil no se puede usar porque ¡a ver si no te van a oír! No, si yo ya digo que esto va a dar de sí.

      Lo de la mascarilla lo dejo en suspenso pero lo que si tengo muy claro es que España es ahora mismo el país con los hogares más limpios de nunca jamás. Estoy convencida de que las primeras semanas de confinamiento a cal y canto, las dedicamos en una gran mayoría a la limpieza general con lo que ahora en nuestros hogares todo lo que reluce es oro. Luego nos hemos acostumbrado a recoger constantemente y a pasar la bayeta con desinfectante por todos los lados por si acaso, ¡a saber dónde está el bicho! Los zapatos de la calle se han quedado en la puerta y la ropa que hemos usado para ir a la compra la  colgamos en la terraza para "airear" o la metemos directamente en la lavadora y la sustituimos por un cómodo chándal. Así los bichos quedan en la calle, eso es al menos lo que nos creemos. El caso es que de esta forma ensuciamos menos nuestros hogares lo que a la larga vamos a agradecer.

      Creo que estos hábitos seguirán con nosotros en un futuro porque ya hemos cogido la costumbre que es cómoda y no cuesta ningún esfuerzo. Los expertos auguran que a partir de ahora vigilaremos más la higiene en el hogar y el desinfectante formará parte de nuestras vidas. Yo he crecido con la lejía y de ella no me aparto porque usada en su justa medida es un desinfectante estupendo.

     Y hablando de hogares el otro día leí que se está reactivando el sector inmobiliario y que la venta de casas está teniendo cierto empuje. Esto se debe en parte  a que tras este confinamiento muchos se han dado cuenta de que sus viviendas no son los idóneos para una familia.  En España de toda la vida se ha vivido en la calle porque es ahí donde quedamos con nuestros amigos para pasear, hablar, tomar un café, ir de tapeo. En fin, todo un mundo de posibilidades que tiene como escenario las aceras, el tráfico, los bares o los parques. Somos muy de salir por lo que no nos hemos dado cuenta de que nuestros pisos a lo mejor no reúnen los requisitos necesarios para una cómoda vida familiar. Las inmobiliarias aseguran que eso es precisamente lo que muchos compradores han descubierto después de vivir semana tras semana encerrados entre cuatro paredes.

     ¿Y que buscan los nuevos compradores? La misma información hacía hincapié en que la demanda se centra sobre todo en casas amplias, con terraza y mucha luz natural. Todo un reto para los arquitectos que tendrán que reconducir sus diseños para maximizar el espacio de las viviendas sin maximizar al mismo tiempo su precio. Estamos además ante una gran oportunidad para replantearnos el crecimiento y la estructura de las ciudades que deben expandirse de acuerdo con las necesidades de los ciudadanos y no las de las constructoras. 

      Buen momento desde luego para planificar un nuevo tipo de ciudad o habitar la España vaciada con sentido común.

      Mañana no me aparto de la tele. A ver qué pasa en Madrid cuando den el pistoletazo de salida. ¿Saldrán todos como caballos desbocados?

 

 





EL COVID DESDE MI TERRAZA - DÍA SETENTA

DIA SETENTA – SABADO 23 DE MAYO 

DE INCOGNITO POR EL MUNDO 

 

 

      Hoy han dicho en el Telediario que este es el día número setenta del Estado de Alarma así que llevo bien las cuentas. Pensaba al comienzo que el 15 de marzo, que contabilicé como el primer día, a lo mejor no lo era. Porque entre el anuncio del señor presidente del gobierno, la publicación en el BOE y la entrada en vigor, pues nunca se sabe. En el fondo creo que ni ellos mismos lo saben.

      De nuevo me he acercado al centro del pueblo para hacer algunos recados y he encontrado una tienda magnífica llena de sorpresas. Buscaba tulipas para una lámpara en casa y como también tenía que ir a la floristería vi que al lado hay una tienda "de todo un poco". Y me llevé una grata sorpresa porque tenían bastantes tulipas aparte de pantallas hechas a mano, muebles decorados y restaurados estilo "vintage" además de otras cosas de decoración. Todo un descubrimiento que me ha llenado de felicidad. Hay que ver lo poco que necesitamos para sentirnos bien. Una nueva tienda con algo que me apasiona, cosas recicladas y reconvertidas en algo nuevo y útil. 

      Por cierto, que en esa misma calle, hay otro establecimiento de decoración con objetos que son "sorprendentes", por decirlo de alguna manera. No es mi estilo, pero hay que ver la fantasía que tiene la gente a la hora de diseñar cosas. Un fusil decorado con cristales al estilo Swarovski como pie de lámpara de mesa o una cebra tamaño real que inmediatamente, en mi imaginación, coloqué en el centro de mi salón para el deleite de mis nietos.

     Y hablando de nietos. Con los mayores hablo sin problemas por WhatsApp. Nos vemos las caras, nos reímos, hacemos planes para cuando nos dejen estar juntos y disfrutamos un rato de la conversación. Ya van al colegio y tienen edad para distinguir la realidad de lo imaginario. ¿Pero y el pequeño? Nació en octubre y salvo tres veces que le he podido achuchar, la última vez justo antes de la alarma, solo le he visto a través de la pantalla del móvil. ¡Y el a mí! Seguro que piensa que sus abuelas y el abuelo solo están en ese aparato que tiene mamá y que nunca puede tocar porque seguro que la lía.  Solo nos puede ver, nunca tocar.

       El día que nos vea en carne y hueso gritará del susto y chillará todavía más fuerte cuando le vayamos a abrazar. ¿Qué pasará con esta generación de bebés que han vivido sus primeros meses en Estado de Alarma, amenazados por un virus, sin contacto con la vida real y sin salir a la calle? Y ahora cuando pueden salir lo único que ven es un montón de pelos o calvas, con unos ojos asomados por encima de una mascarilla. Casi da para una película de terror.

     Porque la cara, lo que se dice la cara, no se ve. No sé si me produce más seguridad que inseguridad el hecho de que todo el mundo oculte quien es en realidad. En la excursión que hice por el pueblo esta mañana me saludó una persona y se puso a hablar conmigo como si la conociera. Vio mi cara de asombro así que se quitó la mascarilla. Efectivamente era una amiga. Sin embargo, otra amiga me contó que se puso a hablar con una persona en el super y ésta, muy asombrada, se quitó la mascarilla. ¡No se conocían de nada!

      El uso de la mascarilla va a crear sin duda situaciones divertidas y anécdotas que valdrá la pena contar. También puede crear, como decía, cierta sensación de inseguridad ya que no sabes quién está detrás de ese trozo de tela, papel, filtro o lo que sea. Puede tratarse de un delincuente perseguido por la Interpol o un terrorista buscado a nivel internacional. ¿Y si es una de las grandes estrellas de Hollywood?  Brad Pitt, Angelina Jolie, George Clooney, Chris Hemsworth, Elsa Pataky o Gwyneth Paltrow paseando por las calles del pueblo escondidos detrás de una mascarilla. ¿O uno de los nuestros como Antonio Banderas, Maribel Verdú, Penélope Cruz con su marido Javier Bardem o Luis Tosar? ¡Qué pena penita pena! ¡Que pérdida tan imperdonable!

      No sé si los españoles en especial y los europeos en general nos vamos a acostumbrar al uso de la mascarilla. Me inclino por un no porque no forma parte de nuestra cultura al margen de que no resulta demasiado, ni estético, ni cómodo. Somos demasiado coquetos.  A todo el mundo le estorba y más aún ahora cuando el calor aprieta. Yo tengo varios modelos y creo que la más cómoda es la mascarilla quirúrgica. Esa que es de usar y tirar. ¡Pero ojo, a ver dónde la tiras! Porque llegan noticias preocupantes sobre grandes vertidos de mascarillas en nuestro Mediterráneo.

 

 

sábado, 23 de mayo de 2020

EL COVID DESDE MI TERRAZA - DIA SESENTA Y NUEVE

DIA SESENTA Y NUEVE – VIERNES 22 DE MAYO 

LA LUCHA CON LAS BOLSAS DE PLÁSTICO 

 

 

      Hoy viernes he ido al super. ¿Puede alguien decirme como se abre una bolsa de plástico, de esas que hay para la fruta, con los guantes de plástico que tienes que ponerte a la entrada después de haberte rociado las manos con el gel desinfectante? Esos guantes son del mismo material que las bolsas así que cuando intentas abrirlas es inútil ya que solo resbalas. Mira que lo intento y vuelvo a intentar, pero imposible. Al final una de las trabajadoras del super, viendo mi desesperación, entre la mascarilla, las gafas y el bolso que se descolgaba constantemente del hombro, se acercó, cogió la bolsa de plástico, la abrió sin más y dijo "no se preocupe señora, no es la única, a todos les pasa lo mismo". Menos mal porque pensaba que no soy solo patosa haciendo gimnasia sino también comprando en el super.

      El caso es que ahora, en este estado de alarma y con un virus asesino suelto por el mundo, las normas de higiene adoptadas por los establecimientos me parecen estupendas, hasta tal punto que debería de ser siempre así. Estoy harta de ver compradores sudorosos y sucios manoseando, ya no solo fruta y verdura, sino también latas y botellas sin luego meterlas en la cesta de la compra. Las dejan de nuevo en su sitio con todo tipo de bicho viviente para el próximo cliente. Mejor con guantes y gel desinfectante.

      A partir del lunes llega por fin la noticia esperada. Toda España estará al menos en la Fase 1, que es la que viene después de la 0 y la que nos permite tomar cerveza, e incluso emborracharnos, a cualquier hora del día, pero no hacer deporte si no es dentro del horario establecido en la Fase 0. ¿? No sé qué decir al respecto pero eso es así. En verdad, como dirían los jóvenes de ahora.

      Veremos a ver qué pasa porque estoy segura de que tanto los de Madrid como los de Barcelona van a salir como locos a ocupar las terrazas para su primera cerveza de la temporada. ¿Habrá aglomeración? Pues sí. ¿Se mantendrá el distanciamiento social? Pues no.

     ¡Amigos que hace meses que no se ven, parejas que han quedado separadas por el Covid-19, abuelos que no han visto a sus nietos recién nacidos, niños que no han podido hablar con sus primos, hermanos que solo se han comunicado a través de una pantalla! ¡Pues claro que va a haber jaleo! Somos  humanos. Y si los Iluminados son perdonados por sus errores porque son seres humanos, también hay que perdonar al resto de la población en su euforia porque también es humana.

     Será probablemente solo un día, por ser el primero y ser una novedad, la alegría de la libertad. Luego el ciudadano, que ha demostrado tener más cordura que los Iluminados, comprenderá que la cerveza sigue ahí, también los amigos, la pareja, los nietos y los hermanos y que se podrán volver a ver otro día.

     Siempre se crucifica al ciudadano. El propio ciudadano se crucifica a sí mismo. Es malo porque es de izquierdas o de derechas, de arriba o de abajo. Es el responsable de todos los desastres que ocurren en un país. Porque protesta o porque no protesta, grita o no grita, llora o no llora, asume o no asume.... el ciudadano siempre es el culpable de lo que pasa.

     ¿Y los políticos? ¿Nuestros Iluminados y aspirantes a Iluminados? ¿Alguna vez han asumido su responsabilidad? ¿Se acuerdan de la ministra finlandesa que acabó en la calle por comprar mascarillas defectuosas? Igualito que aquí. ¿Cuándo vamos a pedir responsabilidades a nuestros políticos? Hacen y deshacen a su antojo y nadie dice ni mu. Porque parece que están ahí arriba, como si fueran más que nosotros, “los de abajo”. Eso es lo que parece. Pero no estarían donde están si no fuera por el ciudadano que ahora y siempre tiene que exigir que los políticos rindan cuentas de sus decisiones.

     No digo que no hay que tener cuidado. Es más, hay que extremar la precaución porque el Covid-19 está incontrolable de momento. Pero somos humanos. Si nos atan cortos y luego nos sueltan salimos en desbandada. Y no somos los culpables. Los culpables son los que nos han atado.

     ¡Vaya panfleto!  Paz en nuestra existencia en este atardecer.

     Mañana será otro día. Sábado, durante 24 horas.

 

 

 

 


viernes, 22 de mayo de 2020

EL COVID DESDE MI TERRAZA - DÍA SESENTA Y OCHO

DIA SESENTA Y OCHO – JUEVES 21 DE MAYO 

TODOS CON MASCARILLA 

 

 

      Hoy me he soltado la melena. Esta mañana, dentro del horario establecido por supuesto, he bajado a la ruta del colesterol para hacer mis ejercicios diarios.

      La loca de la playa habrá pensado mas de uno, pero a mí me entra por un oído y me sale por el otro. Necesito sol y aire libre y el programa de ejercicios que tengo es estupendo así que, a ejercitarlo en la calle, con todos los demás, “footistas”, ciclistas y paseantes, aunque se asombren. Porque lo mío no es andar ni correr, son ambas cosas intercalando ejercicios "aeróbicos" y de musculación. ¡Vaya, todo un espectáculo protagonizado por una señora bastante patosa! No me extraña que se queden boquiabiertos. A mí también me extraña ver a tanta gente que en su vida ha hecho ejercicio y que ahora durante el confinamiento ha decidido ponerse en forma. O eso es al menos lo que dicen. Cada loco con su tema y con su mascarilla en el bolsillo.

      ¡Que a nadie se le olvide que a partir de hoy hay que llevar mascarilla si no se puede guardar la distancia social, unos dos metros! No sé si lo haré bien, pero llevo siempre mascarilla en las tiendas y en todos los espacios cerrados, incluso en mi portal y ascensor. También cuando voy al centro del pueblo porque las calles, aunque no están demasiado concurridas, no son muy anchas y las aceras tampoco. Así que por seguridad me pongo la mascarilla a pesar de respirar un poco regular. Sin embargo, cuando voy por el paseo marítimo o por los caminos que hay en los alrededores no me la pongo porque hay espacio suficiente para los pocos caminantes con los que me encuentro. A estas alturas estoy absolutamente convencida de que el virus no ataca saltando desde un árbol. Tampoco me pongo la mascarilla cuando voy en bicicleta, aunque eso me lo voy a tener que replantear ya que el otro día tragué tantos mosquitos que llegué a casa cenada.

      Es obvio que no me pongo la mascarilla en mi propia casa ni en el coche y como todavía no he ido a visitar a nadie, en casa de los demás no lo sé. Creo que mi uso de la mascarilla es de sentido común y que se ciñe a la legalidad, de momento. Mañana antes de salir leeré el BOE a ver si han modificado la normativa.

      Digo esto porque como están que si sí que, si no, que no se aclaran y no nos explican nada pues es un lío. Es como un vaivén, normas que van y normas que vienen. Recuerdo haber escuchado al Doctor Simón, que desde 2012 es el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, que el uso de la mascarilla pues como que no. También lo dijo la Organización Mundial de la Salud, al tiempo que los chinos insistían en que la única forma de controlar la pandemia era con el uso de la mascarilla. Ahora tanto el doctor como la organización dicen todo lo contrario de lo que habían afirmado. Vamos a ver con que nos sorprenden dentro de una semana. 

      No critico el uso de la mascarilla, tampoco el confinamiento o tan siquiera la reducción de libertades. Lo que sí que critico de nuestros Iluminados es su arbitrariedad y a veces también hasta irresponsabilidad en la toma de decisiones. Esto sin tener en cuenta su más absoluta falta de organización en la compra del material sanitario para proteger, primero a los que trabajan en los hospitales y luego a los que han ocupado las camas de los mismos afectados por el Covid-19. Creo que lo he dicho en alguna otra ocasión.

      Hasta ahora esto ha parecido un juego de Trivial en la que cada pregunta tiene cuatro respuestas posibles. A veces aciertas y otras no. Pero como esto no es un juego y esos señores, perdón señoras también, son los/las que mandan y cobran por ello, lo mínimo que podemos exigir es que acierten. Y si son conscientes de que no saben, porque todo esto les viene muy grande, lo cual es perfectamente lógico y comprensible, porque esto ES muy grande, lo que tienen que hacer es rodearse de expertos que sí saben. Expertos con nombres y apellidos y no comisiones secretas al estilo de la orden de los templarios. Otra opción es dimitir, dejar el escaño, el sueldo, y ponerse a trabajar. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

jueves, 21 de mayo de 2020

EL COVID DESDE MI TERRAZA - DÍA SESENTA Y SIETE

DIA SESENTA Y SIETE – MIERCOLES 20 DE MAYO 

DISTANCIAMIENTO SOCIAL 

 

 

      Dicen que el distanciamiento social son dos metros lo que significa que es algo que se puede medir.  Pero si buscamos el significado real de las palabras vemos que distanciamiento es la acción de distanciar, pero también puede ser un recurso que consiste en distanciar al espectador de la acción para que pueda adoptar una actitud crítica. Interesante porque así, viendo las cosas con perspectiva ¡podemos criticar!

     Social por su parte es algo que pertenece a la sociedad. Así que el distanciamiento social significa que tenemos que alejarnos de la sociedad y/o alejarnos para configurar una actitud crítica de la misma. Más interesante todavía.

     Sin embargo, creo que esa actitud crítica ya la tenemos, al menos con respecto a muchas personas que no se ciñen a las normas que buscan evitar la propagación del "bicho malo". Porque de lo que se trata es de guardar una distancia física entre las personas para no escupirnos en la cara y expandir el virus. Precisamente por eso nos han encerrado con los nuestros  y ahora, ya con algo de libertad, es cuando tenemos que demostrar a los Iluminados que somos responsables y perfectamente capaces de guardar las distancias. Y creo que una imagen vale más que mil palabras.

      Si no lo hacemos a lo mejor empiezan a proliferar carteles disuasorios en cuanto a la distancia se refiere. Eso me recuerda a una fotografía que tengo desde mi juventud y que muestra un cartel diciendo “Prohibido permanecer en zonas no alumbradas”. Se encontraba en el Parque del Oeste de Madrid en la época de la dictadura. Las limitaciones de reunión eran las que eran, incluso para los novios o las parejas casadas. Eso de esconderse bajo un árbol alejados de las farolas que con tanto esmero habían encendido los serenos de la época; digo que esconderse para un beso furtivo, estaba prohibido. ¡Ay si te llegan a pillar! Porque no solo vigilaba la policía sino también los serenos, la vecina de enfrente que era una cotilla y metomentodo por no hablar del párroco que a veces se daba una vuelta por el parque al anochecer para "estirar" las piernas. Una foto que conservo como un auténtico tesoro porque nunca está de más mirar hacia el pasado para recordar "aquellos" años. Sin comparar, solo recordar.

      Y eso me lleva al Pos-Covid. ¿Qué será de nosotros después de todo esto? Hay un Pre-Covid y un Pos-Covid. Antes éramos normales y después seremos ¿cómo? No me imagino disfrazada de amish o con poderes no terrenales, tan siquiera como extraterrestre con el cuerpo inundado de ampollas rojas. También me pregunto que si cuando llegue ese momento nos acordaremos de cómo éramos antes. Porque al ritmo que vamos tenemos, ya no para meses, sino para años. Un virus sin vacuna no desaparece, así como así ¿o sí lo hace? ¿Y cuanto dura una pandemia? ¿Qué secuelas dejará?

      En nuestra caminata de la tarde he pensado que a lo mejor el Pos-Covid será una época triste y con pocas libertades sobre todo después de escuchar a otro caminante decir a su compañero "Pues al final me fui con ella" a lo que éste respondió ¿Y eso cuando fue? Hubo unos segundos de silencio y luego el caminante dijo "Cuando todavía nos dejaban".

      Y veo al cisne tan majestuoso. Vive libre y sin importarle tres narices el Covid, los horarios, las limitaciones o lo que sea. Se mudó al río y ahí está feliz.   Y espero que por muchos años.