miércoles, 11 de junio de 2014

NAVEGANDO TIERRA ADENTRO - PRIMERA PRUEBA SUPERADA

PRIMERA PRUEBA SUPERADA – DE TAHON-LES-VOGUES A GIRANCOURT

   A partir de Toul hemos entrado al Canal Les Vosges que nos llevará hasta Corre donde ya enlazamos con el Rio Saône. Este canal tiene 147 kilómetros y algo así como 140 esclusas, lo que significa que a cada kilómetro nos encontramos con una. Hacia la mitad del camino son todas de subida y luego todas de bajada y aunque estas últimas son más sencillas, el trabajo sigue siendo enorme. Y en esta jornada nos espera la primera gran prueba con un recorrido de 17 kilómetros y 18 esclusas.
   Como todos los días el pistoletazo de salida es a las nueve de la mañana, horario de apertura de esclusas. Íbamos los dos barcos juntos, el de Alfonso “Inspiration” y el de los holandeses “Seawind”, dispuestos a alcanzar nuestra meta, Girancourt. Primero tres esclusas, en un recorrido de cuatro kilómetros y luego 15 esclusas seguidas en un tramo de tres kilómetros y medio. Eso significa que cuando vas a entrar en una esclusa ves la siguiente. Todas de subida, lo cual complicaba un poco la labor. Sin embargo, nada más pasar la primera del rosario de esclusas Liliana baja del barco y va andando hasta la siguiente para recibir los cabos, amarrar y hacer el proceso más fácil. Así nadie tiene que subir las escaleras para recibir luego los cabos con lo que nos ahorramos un tiempo fantástico. Yo me uní a Liliana y eso era un auténtico trabajo en equipo. Mientras los barcos subían la esclusa íbamos a la siguiente para que nos volvieran a lanzar los cabos, amarrarlos y así sucesivamente. Además con el incentivo de que estas serían las últimas esclusas de subida. Luego todo rodaría para abajo.
   El operario que nos recibió en la primera esclusa preguntó a dónde íbamos y tras la respuesta nos aseguró que antes de las cinco no estaríamos ahí. Llegamos a las tres. Claro que también hay que decir que tuvimos suerte ya que todas las esclusas nos estaban esperando con las puertas abiertas y no nos encontramos con ningún barco en sentido contrario. Los ocho tripulantes de los dos barcos lo celebramos con un vino a bordo de Inspiration.
   Girancourt es un pueblo pequeño pero el atraque, aunque sin ningún tipo de servicio, es agradable, además está al lado de un supermercado grande y de una gasolinera. Entre los servicios que ofrece la localidad está un bar, el único, que casualmente esa noche ofrecía cena con mejillones y patatas fritas.  Rafa y yo hicimos rápidamente “una reserva” ya que durante un mes había soñado con este extraño menú tan típico de Bélgica. Rico, rico y además divertido. Era nuestra fiebre de sábado noche, en un bareto de tres al cuarto, con todo de plástico bajo una lona cutre y con todo el pueblo reunido. ¡Claro, era el único lugar!


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