sábado, 20 de junio de 2020

EL COVID DESDE MI TERRAZA - DIA NOVENTA Y SIETE

 DIA NOVENTA Y SIETE - VIERNES 19 DE JUNIO 

INGENIOSOS INVENTOS 

 

 

      Leo el titular: "Inventan una mascarilla reutilizable que mata el coronavirus con el cargador del móvil".

      Bien. Me pongo la mascarilla porque tengo que ir a comprar y luego a hacer unos recados y en los recintos cerrados ya se sabe, es de obligado uso. En cuanto llego a casa me la quito y me pongo manos a la obra para matar al bicho por si tuviera alguno. Agarro el cargador del móvil, lo miro y remiro, pero no sé qué hacer con él. Envuelvo el cargador con la mascarilla, pero nada, no parece funcionar. Aplasto la mascarilla con el cargador a ver si mato al bicho, pero como no lo veo no estoy muy segura de que eso funcione. Estrangulo la mascarilla con el cable del cargador a ver que pasa, pero nada. ¡Esto no funciona y eso me pasa por no seguir leyendo!

      Es un invento de Israel y consiste en una mascarilla de un material específico que se desinfecta si lo enchufas a un cargador con USB. El riesgo está en que uno puede pensar que, si lo usas al mismo tiempo que está enchufado pues mejor, que mejor. ¡Craso error!! Máximo riesgo de electrocución.

      Y ya que hablamos de inventos estos meses de alarma han servido sin duda para poner en marcha las neuronas del cerebro humano para crear artilugios de lo más extravagantes pero con el fin de ayudarnos en la futura nueva normalidad. Por ejemplo, la distancia social. Pues en vez de un sombrero te pones a la cabeza a modo de cruz dos churros de esos para bañarse. La distancia está asegurada porque te irás dando "churrazos" a más no poder si te acercas demasiado a tus amigos.

      Otra idea es la que ha presentado un restaurante con Estrellas Michelin de Washington. Como el aforo permitido es solo de un 50% el chef y dueño de este establecimiento, Patrick O'Connell, en un intento de ofrecer un lleno absoluto a los clientes de carne y hueso ha instalado en la mitad de las mesas maniquíes, todos vestidos con ropa de los años 40. La única pregunta que yo me hago es ¿porqué de los años 40?

     Y ya que estamos en Estados Unidos vamos al típico tópico americano, el Donuts, porque un bar de Maryland ha optado por usar donuts gigantes a modo de mesa para garantizar la distancia entre los clientes. Está claro que a fantasía no nos gana nadie y si hay que poner la sesera en marcha, se pone. ¡Que trabajen las neuronas para crear cualquier cosa que nos haga sonreír!

      Dicen hoy que ya queda poco. Yo me pregunto ¿poco para qué?

 

 

 

 

 

 

 

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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