domingo, 21 de junio de 2020

EL COVID DESDE MI TERRAZA - DIA NOVENTA Y NUEVE

 DIA NOVENTA Y NUEVE – DOMINGO 21 DE JUNIO 

SOLSTICIO DE  VERANO 

 

 

      Casi lo conseguimos, casi cumplimos los cien. Nos han faltado tan solo unas pocas horas. Ahora bien, “antes muerta que sencilla” así que si hace falta no me muevo de casa hasta la noche para así llegar al centenario.

      Va a ser que no. ¿Para qué? Lo hecho, hecho está y lo que ha pasado ya ocurrió. Pero seguro que volverá a ocurrir. Sencillamente porque el Covid-19 no tiene enemigos. No tenemos ningún fármaco que lo cure y tampoco una vacuna. De momento lo único que tenemos a nuestro favor es el clima ya que dicen que a los virus el calor no les va. Tenemos eso a favor en la mitad del hemisferio porque en la otra mitad entran en invierno, o sea, todo lo contrario. Entran de lleno en el frío y seguro que el virus se frota las manos.

      El caso es que hoy se celebra el día del sol, y sol sí que tenemos. Es el día del solsticio que abre las puertas a jornadas más cálidos y largas y a la esperanza de buenas cosechas. Decimos que es un día, pero se trata realmente de un concepto astronómico, cuyo término en latín “solstitium” significa el sol se detiene. Si eso fuera literal mataría al virus en un tris, claro que no quedaría nadie para contarlo.

      El caso es que el ser humano es consciente de este fenómeno desde hace más de 4.400 años y muchas culturas han, no solo celebrado, sino venerado esta jornada que es la más larga en el hemisferio norte y la más corta en el sur. Luego en diciembre, en el solsticio de invierno, ocurre lo mismo, pero a la inversa.

      En muchos países este día es motivo de festejos y esparcidos por todo el mundo hay infinidad de monumentos construidos en honor al sol. También forman parte del solsticio muchos mitos y leyendas, entre ellos los que consideran que en este día se abren las puertas de un mundo lleno de magia dejando que las hadas y los duendes, pero  también los seres malvados, entren en el mundo de los mortales.

      Me pregunto si el hecho de que el fin del Estado de Alarma coincida con el Solsticio es casualidad o un acto premeditado. A ver si nuestros políticos se van a creer que los duendes y las hadas van a llegar de su mundo al nuestro para llevarse el virus. O si piensan que llegan con una varita mágica que hará desaparecer el bicho maligno para siempre. ¡Eso sí que sería un puntazo! Así pueden decir que sus decisiones fueron las correctas.

      Muchos creen que la humanidad ha aprendido de la lección y que las cosas cambiarán en el futuro. Seremos mejores persona, más tolerantes los unos con los otros y también con la naturaleza. Buscaremos armonía en la vida, con los demás y con nuestro entorno. 

      Pero a lo largo de este año han ocurrido tantas cosas y nuestra capacidad para cambiar de “chip” es tan limitada que dudo mucho que el mundo cambie en algo. Además, el ser humano es el único animal que tropieza una y otra vez con la misma piedra. La verdad es que somos bastante brutos. 

      Lo de Homo lo entiendo pero lo de Sapiens no sé de dónde salió.

 

 

 

 

 

 

 

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