miércoles, 13 de mayo de 2020

EL COVID DESDE MI TERRAZA - DÍA CINCUENTA Y NUEVE

DIA CINCUENTA Y NUEVE – MARTES 12 DE MAYO 

OLOR A HUMO Y CESPED RECIÉN CORTADO

 

 

      Esta mañana me he despertado oliendo a humo de hojas quemadas y césped recién cortado. Siempre he dicho que esta esquina es la de los jardineros porque todos los días andan por los jardines de los chalés y/o urbanizaciones trasteando con su maquinaria para dejar todo en perfectas condiciones. Sin embargo, durante los últimos cincuenta días a penas los he visto ni oído, pero eso cambió esta mañana. ¿Será un signo de un paso hacia la nueva normalidad?

      Nueva normalidad. ¿Qué quieren decir con eso?

      Rafael Nadal dice que de nueva normalidad nada, que él quiere su normalidad de antes, la suya de toda la vida. ¡A ver si ahora de pronto, le van a reciclar convirtiendo a nuestro mejor tenista en un corredor de fondo o en un Pedrosa de la vida! ¡Eso no puede ser! Cada uno a lo suyo porque nuestros iluminados son capaces de cambiarlo todo. Al Gasol lo normalizan como futbolista, a Piqué como ciclista, a Castroviejo en nadador y a Pons en gimnasta. ¿Os imagináis los Juegos Olímpicos del verano del año que viene? ¡Sería la bomba! Todos los deportistas descolocados en una nueva normalidad.

      Entiendo a Nadal, sin duda alguna. Aquí ya no estamos para más cambios. Ya hemos tenido que reorganizar nuestras vidas lo suficiente ¡y lo que nos queda! como para encima formar parte de tal disparate.

      ¡Y pensar que todo esto está ocurriendo en lo que conocemos como el Viejo Continente! El continente de la cultura, el de la solera, el que en definitiva ha marcado gran parte de la historia del mundo.

      Si los europeos de antes levantaran la cabeza a saber lo que pensarían. Y cuando digo los de antes me refiero a los de hace 45.000 años, porque si señores, dicen que los europeos más antiguos son así de viejos. Los han encontrado en Bulgaria y eran Homo Sapiens, o sea, de nuestro linaje. Al parecer convivían con los Neandertales, pero como los Sapiens, como su propio nombre indica, eran más listos, pues se quedaron con todo el cotarro.

     Claro que ahora mismo si echamos la vista atrás lo de Homo, puede pasar, pero lo de Sapiens, el que sabe, no lo tengo ya tan claro. La historia del ser humano es un poco desastre y está plagada de guerras, odios y rencillas. Creo sinceramente que los Homo Sapiens de antes, si llegan a saber que iban a evolucionar de esta manera, se hubieran retirado dejando la vía libre a los Neandertales.

      Tal vez nuestro planeta hubiera tenido otro tipo de habitantes, como los pulpos que salieron el otro día en una película que se llama La Llegada. Infinitamente más inteligentes que nosotros y también más humanos. Porque claro, llegan a la tierra y a nuestras potencias no se les ocurre otra cosa que armarse hasta los dientes para iniciar una tercera guerra mundial. Eso luego no ocurrió gracias a la protagonista de la película, que consiguió evitarlo, pero en ello estaban.

      En cualquier caso, estoy convencida de que a nuestro planeta no aterrizará nunca ningún extraterrestre porque si son capaces de llegar es que son más inteligentes que nosotros con lo que en cuanto asomen el hocico y vean la que tenemos liada, se escaparán deprisa y corriendo. No me cabe la menor duda.

      Bueno, pues hoy martes es el día Internacional de la Enfermería y no quiero terminar sin recordar a todos las y los profesionales  que han estado al pie del cañón durante estas semanas tremendas que hemos vivido, haciendo esfuerzos realmente sobrehumanos para que los enfermos salgan adelante. Han estado y siguen ahí y seguirán cuando todo esto acabe. Son nuestra/os Ángeles de la Guarda, que no se nos olvide nunca. Gracias.

 

 

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